La semana pasada los mercados sacudieron de nuevo a Argentina. El dólar alcanzó el precio récord de 46 pesos y el banco JP Morgan aumentó el indicador de riesgo financiero.

Ernesto Mattos, economista en la Universidad de Buenos Aires, explica que “el nerviosismo de los mercados se atribuye principalmente al desplome de las empresas argentinas, principalmente la industria manufacturera en la Provincia de Buenos Aires. Los informes del Ministerio de Hacienda de la Provincia de Buenos Aires muestran que en diciembre de 2018, tuvo una caída interanual del 15%. Entonces ¿qué inversor en Wall Street va a comprar los papeles de una empresa que está en un país con recesión económica, sin venta, sobreendeudado?”.

El presidente Mauricio Macri asegura por su parte que la inquietud del mercado se debe al temor de que el kirchnerismo gane las elecciones presidenciales en julio.

Macri afirma que su política de recortes en el gasto público y de ajustes de precios saneará la economía argentina, y el Fondo Monetario Internacional lo felicitó por la reducción del déficit fiscal.

Pero según el economista Ernesto Mattos, el daño colateral del fin de los subsidios a la energía ha perjudicado el sector industrial: “Reducir esos subsidios disparó los niveles inflacionarios, y hay que sumarle las devaluaciones de 2018 que hicieron incrementar aún más el tipo de cambio y obviamente la inflación. Esa quita de subsidios hizo que las industrias produjeran caro, no pudieron trasladar todos los aumentos de precio hacia los productos”.

Ante las protestas de la población empobrecida por la inflación, el gobierno anunció una estabilización de los precios de los alimentos básicos por seis meses, y se comprometió a no aumentar el precio de la luz, el gas y transporte por seis meses.

Héctor Rubini, economista de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, considera que los recortes fueron excesivos: “No es ese gasto [público] el que explica el déficit fiscal de Argentina. Por otro lado se ha tomado una deuda que hay que devolver entre 2022 y 2024, y es una acumulación de vencimientos que va a ser muy difícil de cumplir en ese periodo de tiempo”, comenta.

Por el momento, ni la expresidenta Cristina Kirchner ni el actual mandatario Mauricio Macri han oficializado su candidatura, pero no hay dudas de que el aumento de la tasa de pobreza, que alcanza el 32% de la población, pesará en la popularidad del presidente.