“Mi relación con la música ha sido extraordinariamente feliz. A pesar del tiempo cumplido, me rehúso a abandonar el camino de la música y si me obligan, seré un clandestino”.
De esa manera, el compositor español Joan Manuel Serrat (77) definió su trabajo creativo, indicando que, pese a la consolidación de su trayectoria, carece de consejos prácticos para transmitir a las nuevas generaciones de músicos y seguidores respecto de los alcances del trabajo artístico.
“No tengo una receta que les pudiera dar de manera sencilla para que su aprendizaje fuera más fácil”, indicó el músico, en conversación con Jorge Coulón y Daniel Cantillana en el marco del encuentro Ciclos en el Sol, que fue transmitido el miércoles recién pasado por medio de las redes sociales del grupo Inti Illimani.
Durante el encuentro, Serrat se refirió a la contingencia para trazar, paralelamente, algunos de los intereses que han marcado su trabajo musical. Así, respecto de la crisis sanitaria que sacude al planeta por el COVID-19, el compositor señaló que su experiencia ha sido muy mala. “Le tengo asco a la pandemia, porque provoca mucho daño”.
“De esta pandemia tendremos que salir todos de la mano curados. Esta pandemia la ganaremos cuando se liberen las licencias de fabricación de los antivirales. Mientras su fabricación no sea libre y gratuita, no nos vamos a salvar”, criticó el músico.
Del mismo modo, el barcelonés sostuvo que “el mundo ha vivido siempre de inmigraciones” y que es preciso generar una mirada inclusiva respecto de este tema: “Lo pongan como lo pongan, se trata de una cuestión de pobres. Si fueran ricos, no habría ningún problema”.
“Los países más ricos van a tener que acostumbrarse a este caudal que, por otra parte, es sumamente provechoso”, añadió.
El compositor también se refirió a sus procesos creativos respecto de canciones como Penélope (1969) y El carrusel del Furo (1975). Al respecto, Serrat indicó que “uno es víctima de lo que siembra” y que, afortunadamente, durante su trabajo está rodeado de “memoria y mucho cariño”. De ahí que, según dijo, para él no resulta un problema reinterpretar canciones más antiguas de su repertorio, pese a la existencia de nuevas composiciones. “Si eres rehén de esta historia no te puedes quejar”.
Finalmente, Serrat reflexionó sobre las creaciones que han marcado el siglo XXI, comentando que “hay mucha gente haciendo cosas interesantes”. “Lo que ocurre es que el escaparate de la música no les da lugar (..). Ni Silvio, ni Sabina, ni Chico Buarque, ni yo nos podemos quejar del maltrato popular”, comentó el músico.
“Hay demasiados replicantes de Silvios, Eso no conduce a nada bueno. ¿En qué momento se hundió ese barco? Los barcos se hunden en el momento en que no navegan, cuando se quedan en el fondo de un mal puerto, intentando deshacerse e hincar el hocico (…). En cualquier lugar hay una canción, lo complicado es hacerla, clavar los codos en la mesa y discurrir como juntar eso que imaginas. El barro está. Lo que falta es el artista que lo moldee”, cerró el cantautor.
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