Rusia: Comunistas v/s Putin

El PC ruso está empezando a enfrentarse al Kremlin de una manera cada vez más frontal al sentirse estafados por una democracia 'controlada', que, sin embargo, por años les fue de utilidad. El cajón de moscos: los comicios parlamentarios del fin de semana último y el voto electrónico que cambió el panorama en su contra, pero favoreció al partido de Putin.

El PC ruso está empezando a enfrentarse al Kremlin de una manera cada vez más frontal al sentirse estafados por una democracia 'controlada', que, sin embargo, por años les fue de utilidad. El cajón de moscos: los comicios parlamentarios del fin de semana último y el voto electrónico que cambió el panorama en su contra, pero favoreció al partido de Putin.

Con una participación de alrededor de un 52% y más del 99% de los votos contabilizados, la Comisión Electoral Central anunció que Rusia Unida, el partido del presidente Vladimir Putin, había obtenido casi el 50% de los votos. Su rival más cercano, el Partido Comunista, la principal fuerza de la oposición en Rusia, creció casi siete puntos y se llevó el 19%, algo menos de lo previsto. En tercer lugar quedó -una vez más- el partido nacionalista LDPR y el partido Rusia Justa, cada uno con alrededor del 7,5%. Hasta ahora, esos tres partidos suelen respaldar al Kremlin en la mayoría de los asuntos claves. Pero eso, ahora, podría cambiar.

Con tales resultados, Rusia Unida puede ahora obtener más de 2/3 de los diputados en la Duma del Parlamento, algo que le permitirá seguir aprobando sus propias leyes sin tener que depender de otras fuerzas. Por lo demás, las próximas elecciones nacionales serán recién en 2024, cuando los rusos deban elegir a un nuevo presidente. Y aunque Putin no ha develado aún si será nuevamente candidato, el año pasado, y muy convenientemente, el Parlamento, con mayoría de Rusia Unida, le allanó el camino aprobando una reforma constitucional a su medida.

Además, durante este 2021, el gobernante ha visto despejado su camino de aquellos obstáculos políticos que podían ponerle trabas: Alexei Navalny cumple dos años de cárcel, su movimiento y sus aliados han sido ilegalizados por “extremistas” y los medios de comunicación más críticos están cayendo en la ‘lista negra’ bajo la acusación de servir de agentes extranjeros. Eso sí, hay algo que Putin no puede evitar y es la sorda inquietud que ronda sobre si, después de esta elección, la represión policíaca se relajará o escalará a más.

Entonces, ¿qué es lo que molesta tanto a los herederos de Vladimir Ilich? La piedra de tope con el gobierno es el voto electrónico implantado en Moscú y otras seis localidades. Un sistema calificado por las autoridades como exitoso pues más de 2,6 millones de personas votaron en línea, pero que en los recientes comicios ha estado en el punto de mira debido a las múltiples irregularidades denunciadas por observadores independientes. A ello hay que sumar el que el domingo en la noche el Partido Comunista vencía en seis circunscripciones de la capital… y a la mañana siguiente no se imponían… ¡en ninguna!

El Kremlin asegura que las elecciones han sido competitivas, abiertas y honestas, algo que el líder comunista, Guenadi Ziuganov, refuta abiertamente porque, cuando se mostraron los resultados del voto electrónico de cada demarcación -salvo la de Moscú- su indignación aumentó y ahora se niega a reconocer los resultados de la votación electrónica en la capital. Por su parte, el vicepresidente del Partido Comunista, Dimitri Novikov, reclamó amargamente: “hemos visto cómo ayer ganaban nuestros camaradas y cómo cambió todo después que hoy (lunes) aparecieran los datos digitales”, afirmó. Ambos acusan a las autoridades de fraude masivo luego que el partido gobernante, Rusia Unida, obtuviera una mayoría parlamentaria superior a la esperada, a pesar de la pérdida de popularidad reflejada en su votación.

El profundo enojo de los comunistas puede causar más de un agudo dolor de cabeza al Kremlin, porque, a partir de su denuncia, se constituyen en una facción en conflicto en la Duma Estatal, advirtió la directora del centro de análisis R.Politik, Tatiana Stanovaya. Así las cosas, los comunistas convocaron a una manifestación sin autorización en el centro de Moscú, donde algunos centenares de personas gritaron consignas contra el Gobierno junto a la estatua de Pushkin, en una de las jornadas políticas más agitadas de este mes.

Pero los observadores creen improbable que el ‘octubre rojo’ de 1917 pudiera repetirse en las próximas semanas, por más que el calendario y el estado de ánimo de los nuevos ‘bolcheviques’ sugieran coincidencias.

Por su parte -a río revuelto…- en Washington, el Departamento de Estado declaró que las elecciones en Rusia se efectuaron bajo condiciones “que no conducen a procedimientos libres y justos”, mientras la Unión Europea denunciaba -según el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano- que los comicios parlamentarios rusos se realizaron en una atmósfera de intimidación y sin observadores internacionales aceptables.





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