La decisión de este domingo 27 de febrero es totalmente histórica: la Unión Europea en sus tratados tiene expresamente prohibido utilizar los presupuestos para material militar. Pero tiene un dinero aparte, el fondo europeo de Apoyo a la paz. Un dinero muy nuevo, que nació apenas hace un año, y que cubre acciones exteriores de la Unión Europea para preservar la paz.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dice que es necesario enviar armas. Aunque pueda parecer contradictorio, los 27 creen que es momento de ayudar a Ucrania o la guerra ya no estará en sus fronteras sino dentro del bloque.
Es paradójico también que la Unión Europea, que nació como un proyecto para preservar la paz hace 60 años, envíe armas ahora justamente para preservar esa paz. Es una decisión nunca vista, porque todos los países europeos podrán enviar armamento y municiones a Ucrania a través de este fondo.
“El envío de armamento, equipos militares al territorio de Ucrania, desde nuestro punto de vista, puede ser y será un factor extraordinariamente peligroso y desestabilizador, que en ningún caso contribuirá a la estabilidad de Ucrania ni a restablecer el orden”, advirtió el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Rápida actuación del bloque
Son medidas a nivel financiero muy duras. Ya ha entrado en vigor la congelación de la mitad de fondos y transacciones del Banco Central ruso en todos los países del G-7. Esto significa en otras cuestiones que el poder para sostener el rublo del Banco Central se verá diezmado, lo que provocará de facto un corralito, un aumento de la inflación y puede en parte asfixiar la economía rusa. Ese es el objetivo.
Además, también se ha aprobado desconectar a los bancos más importantes rusos del sistema SWIFT, otra medida histórica.
La Unión Europea está actuando con una rapidez y una unidad nunca vistas hasta ahora, con un gran esfuerzo diplomático. Esto se añade a otras sanciones, como la congelación de activos a oligarcas rusos y al mismo Vladimir Putin y su canciller, Sergei Lavrov.