Pedro Santander: "El Gobierno tiene que jugársela por una fuerza comunicacional propia, sino cualquier error va a ser amplificado por mil"

A raíz del impasse de las autoridades en el caso del Carabinero que disparó su arma durante la marcha de la Confech, para el periodista y doctor en Lingüística "la disciplina gubernamental tiene que manifestarse también en disciplina comunicacional"

A raíz del impasse de las autoridades en el caso del Carabinero que disparó su arma durante la marcha de la Confech, para el periodista y doctor en Lingüística "la disciplina gubernamental tiene que manifestarse también en disciplina comunicacional"

Hace poco más de una semana el oficialismo cayó en su primera imprecisión mediática. Tras darse a conocer información preliminar respecto al uso del arma de servicio de un Carabinero durante la marcha de la Confech, la que presuntamente habría sido esgrimida contra uno de los estudiantes que aclamaban por un reajuste en el pago de la Beca de Alimentación para la Educación Superior de la Junaeb, parlamentarios de la coalición de gobierno y secretarios de Estado condenaron raudamente el hecho mediante las redes sociales. 

Dentro de las más categóricas estuvo la ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro (Comunes), quien a través de su cuenta de Twitter aquilató el episodio como gravísimo, apuntando a que el “resguardo del orden público se debe ejercer siempre con respeto por los DD.HH. y seguridad de quienes se movilizan” y en ese sentido añadió que “refundar Carabineros es prioridad de nuestro Gobierno”. En el mismo tono, el senador Daniel Núñez (PC) llamó a una “investigación inmediata y todo el rigor de la ley contra funcionarios gatillo fácil. Basta de represión contra manifestantes!”, aseveró.

Pero luego de constatarse que el Carabinero involucrado, Leonardo Quezada, no correspondía a Fuerzas Especiales sino a un funcionario que realizaba labores de tránsito, y que el arma que desenfundó fue en legitima defensa tras haber sido atacado por una turba entre 15 a 20 personas, los pronunciamientos de autocrítica provinieron del mismo sector.

Así el Subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, señaló que “muchas veces las redes sociales apresuran a que uno emita un juicio y es algo que no podemos hacer“. En tanto, el diputado de Convergencia Social, Gonzalo Winter, afirmó que la izquierda y particularmente el Frente Amplio “tiene un problema con Twitter”, en cuanto existe “una cierta pulsión de escalada alimenticia en donde si no se condena un hecho, con la poca información que tiene, como que viene una sensación de que te conviertes en cómplice“.

Desarrollando esta idea, el periodista, doctor en Lingüística y director de la Demoscopia Electrónica del Espacio Público de la Universidad Católica de Valparaíso, Pedro Santander, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, consideró natural que el oficialismo utilice de forma profusa las redes sociales. ¿Por qué? El grueso del gobierno es “sub-40”.

“Hay mucho usuario en el gobierno que desde chiquitito, capaz que hasta nativos digitales hayan por ahí, han usado las redes sociales. En ese sentido hay una marca generacional en términos generales muy distintas a los otros gobiernos tanto de la derecha como la concertación y es que todos los liderazgos, los grandes dirigentes de la concertación y la derecha tenían un acercamiento con la tecnología digital, con las redes sociales, mucho más distanciado, mucho menos natural que esta generación que se está haciendo cargo de gobernar el país”.

Si bien Santander afirmó que cualquier gobierno, indistintamente de su signo político, se enfrentará a situaciones comunicacionales complejas en la medida que “hoy en día gobernar es comunicar en buena medida, mucho más que antes”, cuando se llega al Ejecutivo, señaló, la disciplina gubernamental tiene que manifestarse también en disciplina comunicacional.

“A mi me parece bien que la mayoría de los ministros, subsecretarios, el gobierno, sean usuarios casi que naturales nativos de las redes sociales pero ahora estamos en una vereda del Ejecutivo, hay que saber usarlas, hay que disciplinarse en ese sentido, pero no por eso no usarlas. Estos son aprendizajes y es bueno que estos errores comunicacionales ocurran al principio, me parece muy bien”, señaló.

El buen manejo de las redes sociales es sustantivo para el gobierno, abundó el periodista, en la medida que estas son cada vez más parte de la comunicación política. Particularmente Twitter, indicó, cuya capacidad de instalar agendas es superior a las demás, pese a que no ser la plataforma digital más transitada.

“Yo creo que hay ejemplos, algunos podrán gustar, otros no, de como grandes lideres de opinión saben usar las redes sociales e incluso saben establecer una suerte de gobernanza a través de ellas. Donald Trump fue un claro ejemplo. Trump tenía 80 millones de seguidores en Twitter y el hacía un uso político muy interesante de Twitter y yo creo que hay que saber usar las redes sociales porque estamos en un inevitable uso y cada vez mayor e intenso de las redes sociales para la comunicación política”.

Sin perjuicio de lo anterior consideró que “hay que tener cuidado con las redes sociales porque claro, las redes sociales se prestan un poco para el caos, para la cosa caótica, si es que no hay una planificación comunicacional detrás, rápidamente eso se puede volver muy caótico porque la viralización es un fenómeno que no ocurre en los medios que son tradicionales. La viralización de los errores, por ejemplo”.

Ahora bien, el uso profuso de las redes sociales, el que por cierto puede recaer en la precipitación al momento de condenar hechos, se manifiesta en parte, como una suerte de vía de escape a la fuerza comunicacional que domina “la derecha, los grandes grupos económicos, la banca, los grupos conservadores religiosos y las universidades privadas”, señaló el académico de la PUCV y en ese sentido aseveró que “la izquierda, el frente amplio, el gobierno, todos los que impugnan los 30 años de bi-coalicionismo entre la concertación y la derecha”- comentó- deben construir una fuerza comunicacional propia y alternativa.

“Es lo que no hizo la concertación y no quiso hacer la concertación, dejó caer y morir a muchos medios de comunicación afines, La Época, APSI, Fortín Mapocho, los dejó caer. Prefirió aportar a la fuerza comunicacional del neoliberalismo. Este gobierno espero que no haga lo mismo y construya fuerza comunicacional propia ¿Cómo? Usando las redes sociales, fortaleciendo medios digitales que tiene una agenda distinta, dando las exclusivas no siempre al Mercurio y La Tercera, ni las entrevistas más importantes no siempre al periodismo del duopolio  que se llama sino a otros medios que podríamos decir aliados. Es decir el Gobierno tiene que jugársela por tener fuerza comunicacional propia sino cualquier error que cometa comunicacionalmente va a ser amplificado por mil y siempre va a significar un problema “, consideró.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X