Juan Pablo Valenzuela, experto en educación: “Solo en la condición de emergencia la alternativa de una educación híbrida corresponde"

El especialista de la Universidad de Chile fue categórico en señalar que “la evidencia nos dice que la presencialidad en la escuela es insustituible".

El especialista de la Universidad de Chile fue categórico en señalar que “la evidencia nos dice que la presencialidad en la escuela es insustituible".

El fin de las vacaciones de invierno llegó y con eso tanto apoderados como estudiantes vuelven a la rutina de clases, que en esta ocasión será 100% presencial de acuerdo a lo mandatado por el Ministerio de Educación. No obstante, el Colegio de Profesores le solicitó a las autoridades que el retorno a las aulas sea de manera flexible.

La petición de las y los profesionales de la educación tiene que ver con que varios de los factores que motivaron la extensión de las vacaciones no han sido resueltos, como por ejemplo los problemas de infraestructura en diversos establecimiento de educación a lo largo del territorio nacional.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el académico del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la misma casa de estudios, Juan Pablo Valenzuela, fue categórico al decir que todas las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a recibir una educación de calidad, lo cual requiere que los establecimientos tengan las condiciones de infraestructura y equipamientos adecuadas. Igualmente, enfatizó que es responsabilidad de los sostenedores mantener y cuidar esas condiciones.

Respecto a la solicitud del Colegio de Profesores de que el retorno a clases sea de manera flexible, el experto sostuvo que la prioridad de todas las instituciones y profesionales competentes debe ser que las clases sean retomadas con una total presencialidad y dependerá de cada plantel educacional la flexibilidad que permitan en algún momento determinado.

“La evidencia nos dice que la presencialidad en la escuela es insustituible, solo en la condición de emergencia la alternativa de una educación híbrida corresponde, como lo fue en el año 2020”, declaró y añadió que si en el contexto actual “un establecimiento tiene una situación que imposibilite las clases presenciales, que ésta sea transitoria y se hagan todas las acciones para que lo antes posible vuelva a la regularidad”.

El investigador reconoció los esfuerzos del Mineduc en relación a los problemas de infraestructura y en cuanto a los equipamientos de seguridad sanitaria que requiere cada comunidad educativa. Una de las acciones concretas es la inversión de 20 mil millones de pesos para infraestructura, que es parte de la implementación de la Política de Reactivación Educativa Integral dentro del plan Seamos Comunidad.

Además de pedir flexibilidad en el retorno a clases, el Colegio de Profesores también expuso en el marco del diálogo que se ha establecido con el Gobierno, que es imprescindible la revisión de las actuales políticas públicas educativas. Entre ellas, el presidente del organismo, Carlos Díaz, mencionó en entrevista con CNN que se debe analizar la efectividad de la jornada escolar completa.

Aquel programa se implementó a finales de los años 90, con la finalidad de que las y los estudiantes tuvieran mayor tiempo para actividades extracurriculares y complementarán sus conocimientos a través del arte, el deporte, la cultura y reflexión con sus pares. Sin embargo, profesionales de la educación han señalado que esta estrategia resulta en una sobrecarga para el estudiantado en las áreas de lenguaje y matemáticas, las cuales son evaluadas a través del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE).

Valenzuela manifestó que los planteles educacionales tienen la oportunidad de aprovechar mucho más el desarrollo de sus proyectos educativos con el fin de identificar mejores prácticas y estrategias, pero que en la práctica eso no siempre sucede. “Durante la pandemia se redujo las cantidades de horas que se estaban enseñando, se priorizo el tema curricular. Ahora lo que tenemos es un tema de la didáctica, de cómo enseñamos. Preguntemos una y otra vez, no requerimos del SIMCE para preguntarle a nuestro estudiantes si están contentos yendo a la escuela, si están aprendiendo más, que sugerencias nos harían a los profesores para hacer mejor”, expuso.

Por otro lado, en cuanto a la función de este instrumento, Valenzuela señaló que este no indica la calidad de la educación o si hay una reducción en las brechas socio-emocionales, pero tiene otra serie de otros instrumentos como las encuestas a los estudiantes, a las familias y a los profesores. Asimismo, el experto sostuvo que el SIMCE entrega recursos muy valiosos de antecedentes, como por ejemplo el avance y funcionalidad de las políticas públicas en materia de educación.





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