Eduardo Gudynas: “La estrategia económica forestal siempre está pendiente de las tasas de ganancias o rentabilidad”

El investigador uruguayo da una mirada a la catástrofe que generan los incendios forestales y la continuidad de las políticas públicas frente a una estrategia forestal “siempre económicamente exitosa”.

El investigador uruguayo da una mirada a la catástrofe que generan los incendios forestales y la continuidad de las políticas públicas frente a una estrategia forestal “siempre económicamente exitosa”.

El desastre social, económico y medioambiental de los incendios de la zona centro sur de Chile no sólo ha movilizado la solidaridad internacional con ayuda concreta hacia nuestro país, sino también ha generado la preocupación de ambientalistas, analistas y expertos en todo el mundo por la voracidad del fuego, en medio de una crisis climática, sequía y altas temperaturas, además del factor humano como uno de los detonantes de la catástrofe.

Uno de los intelectuales de América Latina que sigue con atención lo que ocurre en nuestro país, es el  investigador uruguayo e integrante del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES), Eduardo Gudynas, quien ha desarrollado su trabajo en las estrategias sostenibles del continente, principalmente relacionado con la conservación de la naturaleza, las áreas rurales y las políticas de integración para alcanzar la sustentabilidad.

En declaraciones a Radio y Diario Universidad de Chile, Gudynas afirmó que desde una perspectiva comparada, lo que sucede con las plantaciones forestales en nuestro país, se puede observar desde varios puntos de vista.

El primero tiene que ver con el factor humano y los accidentes como causa de los mismos. Al respecto señala que “hay emprendimientos, intervenciones ecológicas de gran escala o gran intensidad que por su propia naturaleza tienen muchos riesgos de que ocurra un accidente, que pueden ser desde los incendios, como sucede ahora, o lo que pueden ser los derrames en las mineras. El punto que pasa desapercibido es que la ocurrencia del accidente es inherente, inescapable a la tecnología aplicada”.

Explicó que esto quiere decir que “ a mayor escala, a mayor intensidad, por más que se introduzcan medidas para evitar, por ejemplo, lo incendios -o lo mismo un relave y la contaminación de una minera-  estos van a ocurrir” porque además, señala, “las propias tecnologías para evitar los accidentes, por ejemplo poner miradores, vigilancias, éstas también fallan. Entonces hay una crisis de accidentes inherente a ese sector y ese es un vacío de interpretación de las políticas públicas chilenas”.

Gudynas afirmó que hay un segundo aspecto que tiene que ver con las escalas de tiempo de las políticas públicas convencionales y que ha quedado en evidencia en anteriores incendios  a gran escala ocurridos bajo los gobiernos de la antigua Concertación, de Piñera y ahora del Presidente Gabriel Boric. “Las escalas de tiempo de las políticas públicas convencionales en su máxima expresión, un gobierno es a lo sumo de una duración de dos gobiernos. Por qué, porque ustedes tienen árboles que tienen cientos de años y en algunos casos aquellos que superan el milenio, por lo tanto las actividades de reparación y restauración de lo perdido cuando se incendia el bosque nativo o la gestión de cuencas, o la gestión por ejemplo de los ambientes australes en Chile, tiene que ser pensado en siglos y la política pública convencional no piensa en siglos”.

 El experto reforzó esta apreciación al destacar que “la estrategia económica forestal es de muy corto plazo, siempre está pendiente de las tasas de ganancias o rentabilidad en cada servicio económico o bien en cada cosecha que se hace de éstos bosques. Entonces, ustedes se deberían preocupar por la conservación de los bosques originales y de los ambientes originales que sería el Estado chileno, debería tener una mirada y una escala temporal y medidas ajustadas a esa escala temporal, totalmente diferentes de las percepciones del empresariado y esta dicotomía no se resuelte, pero además no se resuelve porque no se reconoce que ésto es un problema”.

Gudynas agregó que “esa es una de las cosas que más me impacta de ver en Chile y sucede algo parecido en Argentina y Uruguay, con la estrategia forestal. Esta dislocación de las escalas de tiempo resulta impensable para la política convencional, para los economistas convencionales y para los ingenieros forestales convencionales”.

El académico indicó, por otro lado, que “si se observa el desempeño del empresariado que hace las plantaciones de árboles, lo que ocurre es que ellos transfieren costos económicos por ejemplo de vigilancias, precauciones de incendios y consecuencias de los incendios, deterioro de la biodiversidad, pérdida de agua, etc. O sea, transfieren una gran cantidad de impactos que tienen una cara económica, por lo tanto están transfiriendo un costo económico a la sociedad, puede ser a comunidades locales, a los gobiernos regionales o al gobierno central. Por lo tanto, la estrategia forestal siempre es econonómicamente exitosa porque nadie está contabilizando en dinero, para restar los daños sociales, ecológicos y territoriales en su cuantificación económica”.

Precisó que “en los análisis convencionales de costo beneficio, se suman los beneficios pero en la práctica tradicional no se restan la carga económica que producen estos daños económicos, sociales, ecológicos y territoriales”.

Finalmente,  Gudynas puntualizó que “en los países de la región se está observando con mucho detenimiento lo que ha pasado en estos incendios no porque sea una catástrofe que no hubiese ocurrido antes, sino porque se dan en el contexto de un nuevo gobierno, por lo tanto, hay una evaluación de si hay capacidad de innovación, de cambio, de giro que impone la nueva administración, para poder lidiar con el sector forestal regulado de otra manera y así reducir las chances de futuros incendios”.





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