Jorge Burgos: "Me parece bien reconstruir una coalición de centro donde haya gente desde la centroderecha democrática y la centroizquierda"

El ex ministro del Interior descartó una "derechización" de su sector, junto con abordar el manejo del Gobierno en materia de seguridad pública y la interpelación a la ministra Tohá la que calificó como "un grave error".

El ex ministro del Interior descartó una "derechización" de su sector, junto con abordar el manejo del Gobierno en materia de seguridad pública y la interpelación a la ministra Tohá la que calificó como "un grave error".

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el exministro del Interior, Jorge Burgos, abordó los respaldos que algunos de sus correligionarios en Amarillos por Chile han manifestado al candidato por la Región Metropolitana de Chile Vamos -agrupados en la lista de Chile Seguro- Jaime Ravinet (Ind-Evópoli). Inclinaciones que para algunos ha supuesto una derechización del centro al que dice apostar la nueva colectividad, cuestión que Burgos descartó en el marco de esta entrevista, sin dejar de destacar la necesidad de una coalición que contemple al mundo de la centroderecha democrática con la ex Concertación. Todo con tal de que figuras como Kast, Carter y Parisi dejen de ser vistas como opciones legítimas a los ojos de la ciudadanía.

Con todo, el otrora secretario de Estado aseguró que estos comicios estarán cruzados por la crisis de seguridad que vive el país, cobrando cuentas a la ambivalencia que mostró el Gobierno en su período de instalación. Fuera de ello, consideró injustificada la arremetida que la derecha dirigió a la ministra del Interior, Carolina Tohá, criticando a la UDI y a RN por verse capturados del tono confrontacional de Republicanos.

¿Qué le parece la interpelación que presentó Chile Vamos, con respaldo de Republicanos, a la ministra Tohá? ¿Considera que tiene asidero?

Creo que la decisión que tomó Republicanos con los otros partidos de derecha es profundamente errónea y está probablemente relacionada con el tema de la elección del 7 de mayo. La centroderecha, por denominarla de alguna manera -distinguiéndola de Republicanos- todo indica que está asustada, preocupada porque esta posición durísima de los Republicanos en el tema de la seguridad pública le está dando réditos en la próxima elección de consejeros constitucionales que se ha convertido en propaganda. Parecen futuros candidatos a concejales o a diputados: ‘haré esto en seguridad’, en fin, hay una alteración grave al tema, pero igual se está convocando a las personas para intentar proponernos una nueva y mejor Constitución.

Entonces, creo que se dio todo un ambiente complejo de una interpelación que no se justifica, más allá que las interpelaciones en la actual Constitución tienen bastante poca vida. Nunca he sabido que después de una interpelación se caiga un ministro, no solo porque no es vinculante, sino porque nunca produce un efecto de caída posterior. Algunos que interpelan anuncian que es la primera etapa de una futura acusación constitucional, cuestión grave porque las acusaciones constitucionales tienen que tener fundamentación jurídica y esa declaración que yo recuerdo, es impropia de una cuestión jurídicamente fundamentada. Pero en resumen, me parece una mala decisión, que no solo es una opinión que tienen personas más bien de mi posición política de centro, centroizquierda, sino que el otro día leía una propia editorial de El Mercurio en que decía que le parecía inoportuna la interpelación. Un grave error cometido fundamentalmente por la UDI, RN, de subirse al carro o a la música que pone el Partido Republicano.

¿Ve dañada la figura de la ministra? Considerando que su evaluación ha bajado en algunos sondeos de opinión y que estos días ha salido de la primera línea de la discusión pública, tras haberse aprobado la interpelación. 

No sé si las decisiones que haya tomado ella tengan que ver con la interposición de la interpelación, tengo mis dudas, probablemente estaba cansada, quería salir un poco de la primera línea, no había tenido vacaciones. Pero mire, le voy a decir una cosa de una persona que estuvo en ese cargo, circunstancias distintas, por casi dos años, poquito menos, pero, los ministros del Interior de este gobierno, del gobierno de Piñera y de los dos gobiernos anteriores, tal como están las cosas, no creo que se dañen por interpelaciones, se dañan por el rol que tienen.

Es muy difícil que un ministro del Interior mantenga los grados de adhesión con que llegan. Normalmente los ministros del Interior llegan, en el caso de Carolina Tohá y otros que conozco más cerca, en un momento especial de los gobiernos a establecer una nueva impronta, una nueva carta de navegación, pero eso dura poco porque los ministros del Interior en Chile se han convertido en ministros de seguridad pública. Derechamente son eso, el rol político es súper segundario, tienen que dedicar todo el tiempo a lo anterior, por eso es tan necesario -no por crear nuevos cargos- que hubiera un ministro o ministra solo encargada de la seguridad pública y el ministro del Interior pase a llamarse jefe político del Gabinete y ojalá concentre la relación con el Parlamento, cuestión que nos permitiría suprimir el Ministerio Secretaría General de la Presidencia. No tiene ningún sentido, debería ser el jefe político del Gabinete el que estuviera a cargo de la relación con el Congreso y es más, podría suprimirse hasta el carácter de portavoz y fuera el propio portavoz. Eso sería una reforma estructural moderna, profunda: un ministerio de Seguridad y un ministerio político, en vez de crear más, vamos a suprimir dos. Para los que dicen ‘hasta cuándo burocracia’, creo que hasta se puede achicar la burocracia.

Entonces, los ministros del Interior hoy día están dedicados a eso y como la seguridad anda mal a juicio de la gente y muchas veces con razón -a veces con exageraciones, pero también con razón- la imagen de los ministros, por más capaces que sean, que es el caso de Carolina Tohá, sufren eso y lo sufren rápidamente, particularmente en este caso que la sensación de seguridad de la gente aún es mayor que hace algunos años atrás porque han habido hechos graves y por errores originales del Gobierno.

Este es un gobierno que empezó mal en seguridad, empezó destratando a Carabineros, desvalorando totalmente el orden público. Yo siempre recuerdo que en la propuesta constitucional fallida no había una sola mención al orden público en los casi 400 artículos que tenía y nunca se nombraba a Carabineros de Chile, salvo para decir que el general director de Carabineros era sujeto de acusación. Entonces, había un ambiente de decir ‘mire la seguridad pública no pasa por la autoridad, no pasa por el orden público, no pasa por el imperio del derecho’ y eso fue complejo. Viene de vuelta el Gobierno, sería muy injusto decir que las cosas están igual, viene de vuelta desde el Presidente de la República.

Siguiendo esa línea ¿Cómo evalúa la gestión del Gobierno en materia de seguridad? ¿Qué haría usted de distinto?

Como le decía, empezó muy mal y ha ido tomando el toro por las astas, creo que ha hecho propuestas legales interesantes, otras más discutibles, están preocupados, están respaldando a Carabineros. Yo mantendría ese respaldo a Carabineros, lo mantendría y lo profundizaría. No hay posibilidad de que un gobierno de izquierda como este, de centroizquierda, como fueron los de la Concertación o de derecha, como fue con Piñera, puedan avanzar sin que haya imperio de la autoridad en la calle, sin que haya imperio del orden público. Olvidémonos, si eso es imposible y la gente lo termina resintiendo. Esa solidaridad que había de repente a la primera línea, de que ‘pucha, son cabros que están luchando’, eso se acabó porque la gente se cabreó. La sensación de inseguridad, que no tengan autoridad los carabineros en la calle, no se hagan los lesos con eso, no tiene vuelta.

Con esta interpelación se le imputa al Gobierno, por intermedio de la ministra, la crisis del crimen organizado y la agudización de la migración irregular ¿Es justo atribuir esos fenómenos a esta administración?

No, lo de crimen organizado me parece injusto, es un fenómeno que viene hace mucho tiempo, probablemente ha habido dificultades del ataque al crimen organizado desde hace mucho tiempo, decir que es responsabilidad del actual gobierno no lo comparto. Respecto de la migración, yo creo que este también es un gobierno que llegó muy perdido en el tema de la migración. Diciendo ‘oiga, mire -voy a decirlo así brutalmente- este es un país de puertas abiertas, hay que acogerlos’, bueno, eso terminó mal porque obviamente nosotros no tenemos ninguna capacidad de acoger a todo el mundo. Tenemos que regularizar eso, se nos metió mucha gente que vino a delinquir, no todos, por cierto, hay una inmensa cantidad de migrantes que han venido a ganarse la vida honestamente, saliendo de países donde no tenían ninguna oportunidad como Venezuela y han hecho un aporte, pero el Gobierno no le tomó el peso al tema al comienzo. Reprochaba las expulsiones de Piñera, las declaraciones del director de Migraciones eran totalmente distintas a las de ahora. El Gobierno -y lo digo con todo respeto- parecía la Dirección de Migrantes de los Jesuitas, que tiene un rol desde el punto de vista de los Jesuitas, pero para un Gobierno. 

¿Considera que fue una señal contundente este fast track en seguridad que pactó el Gobierno con el Congreso Nacional?

Yo creo que es contundente. No conozco en detalle los 31 proyectos, hay algunos que responden a situaciones muy puntuales, otros son más profundos. Por ejemplo, yo creo que hay uno bien importante, creo que es básico tener un Ministerio de Seguridad Pública en los términos que le señalé, ojalá con una reforma estructural importante, que sea un ministerio con dientes, que hagan concursos de gente capacitada, que los hay, y no sean traspasos simplemente de funcionarios de un ministerio a otro. Que sea un ministerio que controle a Carabineros desde el punto de vista administrativo, financiero, operativo, que tenga dientes. Ese proyecto que está en el Senado no lo encuentro muy bueno, encuentro que tiene problemas la propuesta, hay que mejorar, creo que ahí hay un proyecto que es más difícil que los otros, pero a ese le pondría mucha prioridad. Es indispensable. 

Sobre la elección del domingo, con la libertad de acción que decretó Amarillos para estos comicios y el respaldo que varias figuras de la colectividad han manifestado a candidatos de Chile Vamos ¿Es preciso suponer que el centro al que apuesta el partido se está inclinando a la derecha?

No, no creo. En Amarillos, como no pudimos llevar candidatos porque no estábamos inscritos, se determinó que era lícito votar desde Evópoli, no cualquiera de la lista de derecha, hasta la lista de la ex Concertación y ahí se ha producido, no tengo una proporción, pero entre los militantes más conocidos de Amarillos, hay un grupo, probablemente más importante, que va a votar por Ravinet y hay un grupo más chico que va a votar por Gloria Hutt y otros como yo que va a votar por Natalia Piergentili. 

Entonces no es correcto asumir que es un centro que se está derechizando…

No, no. Yo creo que además es bueno, creo que los futuros partidos de centroizquierda debieran pensar en formar coaliciones con partidos que van desde Evopóli hasta la Concertación, hasta sectores del PPD que pueden estar descontentos con correrse a la izquierda. Con los socialistas es más difícil porque parecen estar contentos con la situación actual, pero hay socialistas que añoran el mundo de lo que fue la centroizquierda concertacionista y ese debe ser el espacio de partidos como Amarillos, que ya ha iniciado un trámite definitivo de consolidación desde el punto de vista legal y Demócratas, que lo va a hacer. A mí me parece bien en Chile reconstruir una coalición de centro donde haya gente que pueda venir desde la centroderecha democrática y gente de la centroizquierda, creo que es bueno darle esa alternativa al país, que el país no tenga que moverse entre las alternativas de Parisi, de Kast, de Carter y un candidato de extrema izquierda. Le vendría bien a este país, hay que reconstruir eso.

¿Ve con buenos ojos la candidatura de Jaime Ravinet? Al menos cinco militantes de Amarillos han manifestado su preferencia hacia él.

Yo voy a votar por Natalia Piergentili, no por Jaime Ravinet. Yo tengo una buena opinión de Jaime Ravinet, lo encuentro un político serio, un hombre de servicio público, pero yo me ubico más en la centroizquierda, yo quiero apoyar a gente como Natalia en esta votación, sin significar que yo haga un juicio de reproche a los Amarillos, pero en lo personal, mi opción es otra. 

¿Cuánto cree que va a pesar el tema de seguridad en las elecciones?

Mucho. Yo creo que esta elección del domingo está súper marcada por una especie de plebiscito de la gestión del Gobierno y como la gestión es reprochable en esa vereda, el resultado va a estar bien vinculado a eso desgraciadamente. Hay encuestas que indican que las agrupaciones o listas de derecha, centroderecha, más PDG, que al final es bien derecha en varias cosas -o por no decir en todas- está a punto de obtener los 3/5. Yo en lo personal, ojalá no ocurra eso, que sean 28 o 29 para que haya una obligación de negociación como ha habido en los expertos.

Chile necesita una buena nueva Constitución en donde tienen que haber acuerdos, no en intentos de imponer un programa político como la propuesta de la Convención, sino que modernizarla en varios aspectos que tenemos actualmente, mantener las cosas buenas que tiene y para eso ojalá que no haya ningún bloque con un número de consejeros que le permitan no negociar nada.

Ahora si se dan los 30, tengo la esperanza de que personas, que probablemente salgan del mundo de la centroderecha y voy a dar nombres como Edmundo Eluchans a quien conozco, en Santiago el propio Rodrigo Delgado, que hagan un esfuerzo para que no vaya a ocurrir que se dé vuelta el péndulo y que los sectores de los 3/5 actúen parecido a los convencionales de la pasada Convención. Claro, porque uno podría decir que podrán tener la capacidad de aprobar lo que se les dé la gana e incluso de no modificar nada. Eso no sería bueno para el país, Chile necesita un texto constitucional moderno, minimalista, que recoja cuestiones que son indispensables, una declaración más explícita de los derechos sociales, algunas modificaciones al sistema político indispensables para que este presidencialismo tenga posibilidades de mayor gobernabilidad, que la ha perdido en estos últimos años. Yo espero que eso suceda, reconociendo que hay un riesgo.

Imagen: Agencia ATON.




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