En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile el economista y director del Centro Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, David Bravo, abordó la reforma de pensiones que impulsa el Gobierno y su trámite legislativo.
El economista señaló que la discusión legislativa debiese “distinguir los fines de los medios y los objetivos de los instrumentos”.
Sin embargo, según Bravo, el debate ha estado enfocado principalmente en los instrumentos que deben emplearse para mejorar el sistema de seguridad social del país. “En los objetivos pareciera ser que todos estamos de acuerdo, pero yo creo que no es así, porque creo que los objetivos se han mantenido de manera muy vaga”, afirmó.
“Pareciera que no hay discusión sobre mejorar las pensiones, ¿pero mejorar quiere decir pasar de qué Estado a cuál? Creo que tampoco hay mucha información respecto a cuál es la situación base”, agregó.
En ese sentido, el magíster en Economía de la Universidad de Harvard indicó que, según los datos que ha evaluado, no queda claro qué tanto mejoran las pensiones con la Pensión Garantizada Universal (PGU) y que cualquier cambio que se haga en el sistema, debe estar pensando en las y los pensionados “de hoy, de 2024, 2025 y del 2050”, porque cualquier decisión que se tome ahora, como por ejemplo subir la PGU, tiene repercusiones en 50 años.
“El objetivo de una reforma de pensiones debe mirar a todo el grupo de beneficiarios, no solo para quienes ya están pensionados, pero tampoco podemos tener una que cuando miremos en detalle se traduzca en que las pensiones de los próximos 10 años van a ser muy bajas”, sostuvo.
Para Bravo, no han existido las condiciones para dar una discusión adecuada sobre esta materia que pueda superar las posturas ideológicas de los diferentes sectores políticos, las cuales han terminado por “caricaturizar un poco la discusión”.
El especialista comentó que cuando fue invitado al Congreso Nacional en enero para entregar su opinión respecto al tema, relevó la importancia de fijar objetivos claros “y que ahí es donde se necesita un acuerdo político”.
“Pero los acuerdos políticos deben estar basados en números, en los datos. Y pienso que no ha habido un esfuerzo técnico serio de parte del Gobierno y de la oposición en tener una base de datos común para las discusiones, por lo que es difícil llegar a consensos y tener una conversación razonable”, opinó.
De esa manera, el economista expuso que así como él, distintas voces pertinentes en este asunto han alertado que “para que la discusión (previsional) tenga sentido y no parezca una guerra de eslogan, requiere de definiciones precisas”.