María Teresa Cárdenas y el retorno de "Morir en Berlín": "Carlos Cerda, pese a la importancia que tuvo, estaba prácticamente olvidado"

La presidenta de la fundación Arbolee se refirió a la reciente publicación de la connotada novela del escritor chileno, que llevaba varios años descatalogados pese a su valor. Un regreso a las librerías que se gestó de la mano de Ediciones UC.

La presidenta de la fundación Arbolee se refirió a la reciente publicación de la connotada novela del escritor chileno, que llevaba varios años descatalogados pese a su valor. Un regreso a las librerías que se gestó de la mano de Ediciones UC.

Como un rescate del patrimonio literario chileno. Así es como la periodista y editora María Teresa Cárdenas define la labor de la fundación Arbolee, instancia que preside y que hace un tiempo está detrás de la reedición de varios autores nacionales que con el paso del tiempo han sido descatalogados.

La última de estas novelas fue “Morir en Berlín“, un clásico del escritor Carlos Cerda que aborda el exilio desde la perspectiva de un territorio que, por esos años, también se vio envuelto en diversas disputas ideológicas. Edición que ya está en librerías gracias a una alianza con la Editorial UC y que, además, incluye el prólogo del escritor y filósofo Arturo Fontaine. El mismo que presentó el libro durante su primer lanzamiento, en 1993.

Hoy, 32 años después, María Teresa Cárdenas ubica el hito de su publicación como el saldo de una deuda con quien se perfiló como una de las grandes plumas de los noventa. “Es un rescate de una memoria cultural, esa sería la definición. Porque así como la memoria política y la memoria social nos va construyendo, también somos desmemoriados. Pero hay que luchar contra eso”, aseguró la periodista.

"Morir en Berlín", novela de Carlos Cerda reeditada por Ediciones UC.

“Morir en Berlín”, novela de Carlos Cerda reeditada por Ediciones UC.

“El libro se publicó en el año 93 y hasta ahora no había sido reeditado, y es un texto que en su momento causó mucho impacto. Carlos Cerda fue un autor súper relevante de los años 90 y habría seguido siéndolo si no hubiera muerto en el 2001, antes de cumplir 59 años, en una muerte muy temprana. Estoy segura de que él seguiría siendo un autor muy productivo y con temas que eran muy de nuestra historia reciente, pero tratados de una manera literaria de mucha calidad. Con una realidad literaria muy grande”, reflexionó Cárdenas.

Sobre la relevancia histórica de esta novela en particular, la presidenta de Arbolee explicó que “él es el primer autor, y yo diría que el único, que se ha referido así al tema del exilio, que es el destierro en un país o en una sociedad que ya no existe, que es la República Democrática Alemana. O sea, un país de la órbita socialista. Y que muestra cómo se construyen estos exiliados en una sociedad que también tenía restricciones muy grandes. Cómo ellos, saliendo al exilio producto de la dictadura en Chile, se enfrentan a un sistema que tiene falta de libertad para las personas, para los ciudadanos de esa propia sociedad”.

“Todo esto, insisto, hecho con mucha calidad literaria”, sumó. Por eso, precisó en que “lo que más destacaría de ‘Morir en Berlín’ es la prosa, el lenguaje, la sutileza, la fuerza que tiene como narración. Y Carlos Cerda, a pesar de la importancia que tuvo en su momento, estaba prácticamente olvidado. Eso desconcierta un poco, porque es ir dejando de lado nuestra propia riqueza literaria”.

Un país de olvidos

Sin embargo, y tal como lo constata el trabajo de Arbolee, lo de la literatura de Carlos Cerda no es una excepción. A su reciente ausencia en las librerías se suma también la de otros clásicos literarios como “El último grumete de la Baquedano”, una de las novelas más importantes de Francisco Coloane y que hace un par de meses pudo ser reeditada gracias a la editorial de la Universidad Católica.

“En el fondo, la fundación Arbolee surgió por eso, de esa inquietud. Que no es solo el libro que en su momento se publicó, tuvo éxito, buena crítica, pero en el pasado. Porque nuestra literatura habla de lo que hemos sido y somos como sociedad. O sea, también es memoria. Y creo que esto pasa porque en Chile tendemos a ser olvidadizos. O sea, no valorizamos quizás la memoria, lo importante que es para saber quiénes somos hoy y cómo nos proyectamos al futuro”, reflexionó Cárdenas al respecto.

“Las obras literarias son escritas en su tiempo, hablan de ese tipo de sociedad, de lo que éramos en ese momento. Es un rescate súper necesario, y desde la fundación lo tratamos de hacer a través de distintas instancias. Una es la edición de libros, pero también hay otras formas de traer a sus autores, porque no es solo la obra concreta que se escribió en ese momento, sino que el autor. Lo que han representado esos escritores y escritoras en el momento en que estaban produciendo y en que escribieron sus libros”, sumó la editora.

Un punto donde, además, se pueden sumar varios nombres que produjeron su obra en torno al tema específico del exilio. Realidad de la que el mismo Cerda era consciente: “Yo le debo un poco esa mirada porque me tocó entrevistarlo varias veces, y él me hablaba de la literatura chilena en el exilio. Me decía ‘tú tienes que hacer algo con eso, porque sigue habiendo escritores, ya terminada la dictadura, que se quedaron fuera’, como fue el caso de Hernán Valdés“.

María Teresa Cardenas, presidenta de la Fundación Arbolee

María Teresa Cardenas, presidenta de la Fundación Arbolee

“A partir de esa indicación de Carlos, logré ubicar a Hernán, estuve en contacto con él. Es autor de ‘Tejas Verdes: diario de un campo de concentración en Chile‘, pero también de varias novelas muy buenas, de mucha calidad literaria, muy interesantes. Una literatura que no es tan frecuente. Era bien único como narrador, y acá estaba absolutamente olvidado. Antes de la fundación de Arbolee, de que la creáramos, estuve colaborando con Hernán para que pudiera reeditar su libro en Chile y hacer ediciones definitivas. Le edité un par de libros, su poesía. Esa es la prehistoria de la fundación Arbolee“, confesó Cárdenas.

En esa misma línea, la periodista destacó que “es interesante rescatar a estos autores que no están en el pasado-pasado, a pesar de que también estamos abiertos a eso. De hecho, el próximo título que vamos a sacar es de más atrás, de la primera mitad del siglo XX. Pero igualmente son interesantes estos escritores que quedaron en ese terreno, que son los que yo alcancé a conocer y a entrevistar incluso, como el caso de Carlos Cerda, antes la Marta Blanco y muchos otros que han desaparecido de las librerías, que ya no se encuentran, cuyos libros están descatalogados, pero que en su momento fueron muy importantes y muy valorados”.

“No solo en la realidad política, sino que temas en los que incluso fueron adelantados en sus libros. Hablar de la diferencia, del miedo a la diversidad, eso ya está. Es importante tenerlo en cuenta en nuestra tradición literaria, nuestro patrimonio, porque para los escritores es relevante haber conocido eso, para que podamos hoy hacer una literatura donde ya sepamos lo que se hizo antes. A mí me gusta mucho ese título del libro de Umberto Eco que se llama ‘hombros de gigantes‘ porque, en el fondo, lo que se construye es a partir de lo que han hecho los que estuvieron antes. Tenemos que conocer lo que hubo antes para poder avanzar y poder avanzar en buenas cosas”, concluyó la editora.





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