El cardenal Keith O’Brien, el más alto prelado de la iglesia católica en el Reino Unido, anunció este lunes que renunciaba a sus funciones tras un caso de “comportamiento inapropiado” con otros sacerdotes que data de hace tres decenios. El cardenal O’Brien, arzobispo de Saint Andrews y de Edimburgo, hizo el anuncio un día después de haber cuestionado las acusaciones.

“El Santo Padre ha decidido que mi renuncia se hará efectiva este 25 de febrero”, dijo el cardenal en un comunicado y precisó que no participará en el cónclave. “No deseo que la atención de los medios en Roma se focalice en mi, sino más bien en el Papa Benedicto XVI y en su sucesor”, precisó.

“Agradezco a Dios por todo el bien que he podido hacer. Por todas mis debilidades, pido disculpas ante todas las persona que pude haber ofendido”, agrega sin evocar la acusaciones de las cuales es objeto. El Vaticano confirmó poco después que el Papa aceptaba la renuncia del cardenal británico de 74 años.

Según el semanario The Observer, el cardenal O’Brien fue objeto de demandas dirigidas al Vaticano en relación con hechos que datan de hace treinta años y conciernen tres sacerdotes y un eclesiástico. Los cuatro se quejaron ante la Santa Sede y pidieron la renuncia de O’Brien para garantizar el cónclave que elegirá al futuro Papá fuera “limpio”.

Uno de ellos afirma que O’Brien tuvo un comportamiento inapropiado luego de la oración nocturna mientras que otro se queja de la propuesta que le hizo luego de una fiesta con mucho licor. Este cardenal se mostró favorable a los sacerdotes casados en el seno de la iglesia católica pues según él el celibato era muy difícil de soportar.