Primero se dijo que eran 3 mil, luego 22 mil y finalmente la cifra oficial del derrame ocurrido en la bahía de Quintero llegó a los 38 mil litros de petróleo que cayeron al mar el pasado 24 de septiembre cuando el buque Mimosa, se encontraba realizando tareas de descarga para la Empresa Nacional del Petróleo (Enap).

Han transcurrido casi tres meses desde que ocurriera este desastre ambiental y las autoridades de salud levantaron la prohibición de extraer productos del mar en la zona. El subsecretario de la cartera, Jaime Burrows, detalló que a pesar de que aún hay presencia de hidrocarburos estos no serían dañinos para la salud.

Jaime Burrows

“Nosotros lo que comenzamos a monitorear es el total de hidrocarburos y estos han ido disminuyendo a niveles de normalización. La fracción de hidrocarburos aromáticos que es la que produce el riesgo para la salud de las personas esta negativo. Todavía las muestras salen con hidrocarburos pero no serían del tipo dañino para la salud”, explicó.

A pesar de que el subsecretario, incluso, prometió la presencia del intendente de la zona para comerse un mariscal, la  pregunta es si la información es segura o si, al igual que con la cantidad de crudo derramado, existirán correcciones futuras respecto de cuán saludables serán los alimentos marinos del sector.

Alex Muñoz, director de la ONG Oceana, recordó que en la zona existen 19 industrias contaminantes donde ya se han detectado altos niveles de metales pesados y otros desechos que no han sido evaluados en esta oportunidad, perpetuando la situación existente antes del derrame.

Alex Muñoz

“Quizás no hay presencia relevante de hidrocarburos, pero no me cabe duda de que hay otros contaminantes que son tan o más peligrosos que están presentes en los recursos marinos y que deberían implicar planes de contaminación y restricciones al a venta de alimentos de esta zona”, explicó.

Al mismo tiempo, el director valoró que los pescadores podrán volver a trabajar, dándoles mayor tranquilidad, ya que durante el tiempo en que se realizaron las tareas de limpieza no pudieron ejercer sus labores, afectando los ingresos de alrededor de 60 familias que tuvieron que recurrir a la solidaridad de las organizaciones sindicales de las cuales forman parte, mediante la entrega de cajas de alimentos y la asistencia a enfermos.

José Carvajal, presidente del sindicato de Pescadores de Ventanas, estima que las pérdidas llegan a los 500 mil pesos mensuales por cada pescador y que, además, existe un daño a la actividad comercial, ya que será difícil recobrar la confianza en los productos de la zona como locos, lapas y erizos que ya se encuentran desprestigiados por la presencia de la industria allí presente desde hace varios años. Carvajal anunció movilizaciones por parte de los trabajadores, para que las autoridades den una respuesta y se mejoren las condiciones ambientales.

Los pescadores de Quintero se han movilizado en diversas oportunidades

“El Estado nos debe tres meses de prohibición y eso es lo que vamos a cobrar nosotros. Si salimos a la calle vamos a cobrar lo que el Estado nos debe. Nosotros vivimos del día a día. Todos los días las personas van al mar y si sacan recursos viven, si no, no viven. Esto es acumulativo en el  tiempo. Para sobrevivir nosotros utilizamos dinero del bienestar social, la pregunta ahora es cómo devolvemos esos dineros”.

Los pescadores no han descartado acciones legales para obtener respuesta. La abogada Natalia Alfieri, representante del sindicato, hizo un llamado a las autoridades a transparentar la información del estudio que  determinó las sanciones económicas tanto a Enap como al buque Mimosa, para ejercer el derecho de accionar debidamente con la máxima cantidad de información posible.

Esta acción se sumaría a la demanda interpuesta por el alcalde de Quinteros, Mauricio Carrasco, el pasado 9 de noviembre donde exige entre otros puntos que las empresas que se instalaron en Quintero antes del año 1997, se sometan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y que incorporen tecnología de vanguardia en el más breve plazo para controlar sus respectivos procesos productivos.