Es cierto que en política se ven paradojas. El gatopardismo es una de las más reconocidas. Eso de cambiar todo para que nada cambie, es de una virtualidad exquisita…
TV cable y satelital supero el 1.500.000 de abonados. Pensar que a comienzos de los años 90 cuando empezaron a ofrecer la TV cable en el país nos aseguraron que jamás pasarían las odiosas tandas publicitarias.
Se evita realizar la final del fútbol nacional, que naturalmente debió realizarse en el estadio de la Universidad Católica (con un vecindario de clase media alta y alta), y se decide que se haga en otro lugar, donde los vecinos y potenciales perjudicados del posible vandalismo, sean sectores sociales de clase media y baja.
Complicada cosa esta del amor maduro. O tal vez no. Tal vez es simplemente que la vida en pareja está llena de recovecos, detalles, ambigüedades y ternuras incompletas. O puede que, como ahora me canta Ella Fitzgerald en la tercera repetición del CD, “me estoy poniendo sentimental por ti”.
Las ISAPRE no se cansan de sorprendernos, ahora las emprenden contra el Poder Judicial. Es una industria que tiene que revisar en profundidad su manera de hacer las cosas. Hasta ahora lo único que ha acumulado es desprestigio y baja confiabilidad.
Es sugerente que afuera se piense que con Piñera o Frei no habrá cambios en la estabilidad política del país, pero también que se simplifique sobre la profunda demanda de renovación y cambio que expresó esa vasta porción de ciudadanos que no votó por uno ni otro.
Acabamos de ser testigos del final abrupto de una forma de hacer política. Una especie de singularidad espacio temporal que debiera dar origen a un big bang. Y de allí surgirán exigencias de nuevas miradas, demandas para cubrir expectativas que pocos han querido reconocer. Todo ello es parte de un nuevo escenario político creado por ciudadanos que, aparentemente, se niegan a ser sólo consumidores.
Se calcula que en el futuro cercano la población mundial verá unas 24.000 millones de horas de televisión al día, o sea, unas cuatro horas por persona en el mundo.
Culmina nuevamente una elección parlamentaria bajo la camisa de fuerza del sistema binominal. Más allá de algunas pocas “sorpresas” electorales, los resultados nos indican que los partidos de la Concertación y de la Alianza por Chile vuelven a repartirse las bancadas…
La terrible desigualdad que provoca la manera como se produce el espacio en nuestro país está generando una brecha social muy grande y, de seguir profundizándose, puede hacer inviable a nuestra sociedad. Sin duda que el mercado es un buen asignador de recursos, pero dejar exclusivamente a sus leyes la producción del espacio, la descentralización posible, la preservación del medio ambiente, es una simplificación socialmente muy peligrosa e inviable.
En la jerga del estudio del comportamiento económico de los individuos se habla de preferencias declaradas y reveladas. Las primeras se refieren a lo que decimos preferir, en tanto que las segundas se muestran en lo que efectivamente elegimos, no siempre coincidente con lo declarado.
No sólo la mayoría indígena puso a uno de los suyos en la Presidencia, sino que se construyó la fuerza democrática necesaria para emprender una vasta transformación cultural, después de 500 años de dominio imperial y “criollo”.
Habrá quien diga que así ha sido y es la política. Me resisto a creer que seamos tan previsibles, tan simples. Aunque, de vez en cuando, las evidencias puedan insinuar tal cosa. Es lo que está pasando con la muerte del ex Presidente Eduardo Frei Montalva.
El estado de avance de la construcción del Portal Bicentenario y la final del campeonato de fútbol chileno, a pesar de ser de naturaleza muy diversa, tienen algo en común que se refleja en nuestra ciudad.
Acostumbrado a ver en la televisión la forma en que sobrevaloran a los famosísimos de la farándula, llama la atención que un canal de TV Cable se preocupe de destacar la tarea desinteresada de ciudadanos anónimos.
Para quienes la lealtad comprada es la base de su poder, las personas que realizan acciones sin mediar pago resultan potencialmente peligrosas, muy peligrosas.
Lo ocurrido en Honduras dejó el tufillo de las élites del poder, que arreglan y deciden todo, reservándoles a los ciudadanos de a pie el rol de votantes en una precaria democracia, reducida a una mínima expresión electoral.