Los griegos celebran este domingo elecciones legislativas anticipadas. Los sondeos apuntan hacia una derrota del primer ministro, Alexis Tsipras, que no ha cumplido sus promesas económicas. La derecha se prepara para tomar el relevo.
El claro triunfo de la izquierda griega tiene dos lecturas: la persistencia en la porfía de los griegos ante las imposiciones de Alemania y la Troika, o la resignación que consagra el matrimonio entre Tsipras y las políticas de ajuste. Una cosa está clara: la épica esta vez estuvo muy lejos de la del pasado 25 de enero.
Según el recuento del 90 por ciento de los votos, el partido del renunciado ex primer ministro Alexis Tsipras obtuvo el 35,5 por ciento en los comicios legislativos, lo que le permitiría acceder a 145 escaños de los 151 que se necesitan para alcanzar la mayoría en el Parlamento, lo que obligaría a reeditar el pacto con ANEL, la derecha nacionalista de Griegos Independientes.
Los griegos vuelven a las urnas por tercera vez este año, esta vez para las elecciones legislativas anticipadas. El ex primer ministro Alexis Tsipras y el conservador Vanguelis Meimarakis son los dos favoritos para ganar estos comicios que se anuncian muy parejos entre ambos contrincantes. De cualquier modo, el vencedor de las urnas deberá ejecutar el tercer rescate financiero y aplicar nuevos recortes.
Poco podía hacer ya el primer ministro: fracasó en su intento por ordenar al díscolo Syriza y ya no tenía mayoría parlamentaria para aprobar las duras reformas. Ahora con su renuncia se abre la incertidumbre, luego de la brutal embestida de las instituciones europeas contra el gesto de dignidad que intentaron los griegos.
El anuncio fue realizado este jueves por el primer ministro, quien además informó que se realizarán elecciones el 20 de septiembre, en medio de la crisis política que vive su partido Syriza debido a la división que se produjo en su interior por las medidas de austeridad impuestas por la troika para otorgar un tercer rescate financiero a la economía helena.
Grandes desafíos en el frente interno esperan al primer ministro griego, Alexis Tsipras, después de que el Parlamento aprobara por amplia mayoría el segundo paquete de reformas que están exigiendo los acreedores internacionales. Eso sí, con decenas de diputados oficialistas en rebelión. ¿Qué le espera ahora al gobierno y a Syriza?
Contra la Troika y con la oposición de personajes de la talla de inmoralidad como Jagland, Draghi, Juncker, entre otros ha tenido que lidiar Syriza y el Primer Ministro Griego Alexis Tsipras. Y, a pesar de ello el resultado del referéndum se convierte en un arma política y moral de importancia, que permite desnudar las verdaderas intenciones de la Alemania de Merkel y la Francia de Hollande: someter al gobierno de Syriza, enrielarlo en función del modelo político y económico definido en las oficinas de Berlín y Paris.
El arreglo, obviamente, tiene por objetivo aliviar la situación del pueblo griego, que exige auxilio inmediato, tras más de dos semanas con los bancos cerrados y sus ahorros en “corralito”, aunque también dejar estampado el control del “moral hazard” que la “troika” ha querido instalar para evitar futuras “sublevaciones” de otros países periféricos y/o deudores que si han acatado las normas para sus respectivos rescates y han obligado a sus ciudadanos a duros ajustes.
La altivez con que el gobierno de Tsipras llevó a cabo la negociación con Europa y los acreedores fortaleció su liderazgo en Europa. A la hora del acuerdo, sin embargo, la contraparte fue inflexible y obligó a Grecia a enormes concesiones.
En una reunión entre los mandatarios de Alemania y Francia se definirá el futuro de las propuestas de ayuda a Grecia. Esto, luego de las declaraciones entregadas por el portavoz germano que aseguró que con los resultados del referendo no existirían condiciones para negociar con los helenos.
La decisión del gobierno griego de convocar a un referéndum, que permita a su sociedad decidir si se doblega a no a los dictados de la Troika europea, sacudió el ambiente político y económico de la Unión Europea (UE) habituada, hasta hoy, a someterse sin reclamos a lo que el gobierno alemán define como líneas políticas y económicas a seguir por la Europa de los 27.
Salvo una sorpresa de última hora, Grecia no reembolsará este martes los 1.600 millones de euros que debe al FMI, abriendo las puertas a un “default” de su economía. El primer ministro griego Alexis Tsipras apuesta ahora a una victoria del “No” en el referendo al que convocó el domingo para contar con “mejores armas” en las negociaciones con los acreedores. Propuestas de último momento.
El próximo 5 de junio aparece como una fecha clave en un nuevo capítulo de las tensiones entre el gobierno griego y los acreedores de la deuda de 320 mil millones de dólares que mantiene el país con la Eurozona. Alemania se presenta como el mayor prestamista, con 76 mil millones de dólares, y a la vez como el más inflexible en exigir un aumento de los recortes sociales.
Luego del triunfo de la izquierda griega no hubo caos en Europa, pero sí se augura un cambio de rumbo: la vuelta al diálogo para decir basta a los años de austeridad y el desafío de negociar la deuda griega, en un escenario donde las socialdemocracias parecen no haber respondido a las expectativas del que antes era su electorado.
Grecia vive días cruciales en su futuro político y económico. Este 25 de enero se celebrarán las elecciones anticipadas donde el partido de izquierda Syriza ha logrado encabezar todos los pronósticos y obtendría un 35%, convirtiéndose en la primera fuerza del parlamento griego, lo que le daría la posibilidad de lograr la presidencia. Esto podría tener repercusiones en Europa debido a su postura que, en reiteradas ocasiones, se ha alzado en contra de las medidas de austeridad impuestas por la Troika.