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Chilenos acusados de pertenecer a Anonymous podrían evitar penas de cárcel

El grupo identificado por la PDI esta semana será formalizado por la Fiscalía Centro Norte Metropolitana. Pese a que habrían confesado su participación en distintos ataques, podrían tener penas remitidas. Especialistas dicen que la operación internacional contra los ciberactivistas refleja "el esfuero de los grandes poderes para controlar internet".

Rodrigo Alarcón López

  Sábado 3 de marzo 2012 9:50 hrs. 
anonymous

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El pasado martes 28 un colombiano y cinco chilenos fueron identificados en Santiago, La Calera y Rancagua por la Policía de Investigaciones como participantes de los ataques que la red Anonymous realizó el año pasado contra sitios de Endesa, Hidroaysén, la Biblioteca Nacional, el Mineduc y el gobierno colombiano.

Esto, en el marco de la operación Exposure, coordinada por Interpol, que provocó la identificación de otras diez personas en Argentina, cinco en Colombia y cuatro en España.

Según la Brigada del Cibercrimen de la PDI, los cinco chilenos y el colombiano, cuyas edades van desde 17 a 23 años, confesaron su participación en los ataques y fueron imputados por infracción a la Ley de Delitos Informáticos.

Anonymous es un grupo con una cantidad indeterminada de integrantes, quienes anuncian a través de redes sociales y otras plataformas que atacarán sitios de distintas instituciones, generalmente a propósito de temas de contingencia.

Así, por ejemplo, los portales de Hidroaysén y Endesa fueron atacados en rechazo al proyecto energético en la Patagonia, mientras el del Mineduc fue alterado en apoyo al movimiento estudiantil. De hecho, el sitio de Interpol también fue atacado luego de la operación coordinada entre las policías.

El subcomisario de la Brigada del Cibercrimen de la PDI, Cristián González, explicó que los ataques denegan el servicio o saturan los sitios a través de un programa, Loic, que permite multiplicar las visitas: “Hacen un clic que se puede multiplicar por mil o diez mil. Si tenemos muchas personas haciendo lo mismo, la página se satura y se impide su normal funcionamiento”, indicó.

El subcomisario Cristián González adelantó además que, aun cuando se compruebe su participación, los imputados en Chile podrían evitar la cárcel: “El delito parte de una pena de 61 días, puede ser a 541 y puede ir aumentando dependiendo de las agravantes que se encuentren. En este caso, son personas que no tienen antecedentes anteriores, nunca antes han sido detenidas ni formalizadas por un delito, entonces eso es un atenuante”, señaló.

“Cuando sean formalizados, efectivamente pueden ser condenados, pero lo más probable –eso ya depende de los fiscales y tribunales- es que sea con pena remitida, es decir, solo firmando en el tribunal”, agregó.

De hecho, los acusados no fueron detenidos y deben ser formalizados en el futuro por la Fiscalía Centro Norte Metropolitana, que está a la espera de los informes sobre las pericias en los computadores incautados. Desde la Fiscalía informaron que Marco Mercado, el persecutor a cargo de la causa, no se referirá al tema antes de las formalizaciones.

En cambio, en España los cuatro imputados fueron detenidos por los delitos de asociación ilícita, daños informáticos y descubrimiento y revelación de secretos. Posteriormente fueron dejados en libertad, pero con medidas cautelares.

Según el académico de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, la persecución internacional contra Anonymous revela la necesidad de los grupos de poder por instalar la idea de que los ataques son un delito que debe ser sancionado. “No se trata solamente de desarticular a una banda”, señaló.

“Cuál es la pena, cuál es el delito que se está cometiendo. ¿Es equivalente a una violación de morada o a un acto terrorista? Eso es lo que está en juego hoy día, qué es un delito y qué no. Por lo tanto, hay muchos interesados en que se controle de un modo bastante radical, porque evidentemente a los grandes poderes les complica que aparezcan estas versiones extrañas y misteriosas de organización”, aseguró.

El sociólogo añadió que “lo más interesante es que la aparición de Anonymous deja en evidencia un escenario que para los habituales controladores del poder -gobiernos, grandes compañías, organismos de inteligencia- no es controlable, que es internet”.

“Internet permite una capacidad de acción a distancia que resultaba relativamente insospechada para muchos de los que ostentan poder”, agregó.

Alberto Mayol señaló finalmente que, al igual como ocurrió con la imprenta y la TV, internet posee un potencia revolucionario que complica a los grupos poderosos: “Para quienes quieren conservar su poder, significa entrar a ese mundo y controlarlo. Lo que estamos viendo hoy es el esfuerzo por controlar el mundo de internet por parte de los grandes poderes que vieron la posibilidad de quedar impugnados. Y la probabilidad de que un gran poder logre hacer eso siempre es muy alta”, finalizó.

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