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Maridando la Noche Buena

Si de algo deberían tratarse estas fechas es de compartir un buen momento y la mesa es el lugar privilegiado para ello. Millones de familias en todo el mundo están preparando ricas comidas para celebrar con sus seres queridos estas fiestas y en ese escenario, la elección del vino es fundamental. Acá algunas recomendaciones

Antonella Estévez

  Lunes 24 de diciembre 2012 12:03 hrs. 
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Maridar por armonía o por contraposición, buscar la compañía exacta para que tanto el vino como la comida se luzcan en todo su esplendor, decía mi profesora Mariana Martínez en la Escuela de Sommeliers. La correcta elección del vino puede hacer que la experiencia de comer adquiera toda una nueva dimensión, por eso es bueno considerar cada plato de la comida como un momento que requiere de su propio acompañamiento. Como la celebración navideña suele ser por varias horas y en varios tiempos, les propongo vamos pasando uno a uno y proponiendo que puede quedar mejor en cada ocasión.

Para partir: los espumosos.

Mientras van llegando los invitados y vamos dejando los regalitos bajo el árbol, podemos servir una deliciosa copa de burbujeante vino para ir abriendo el apetito. El vino espumante, blanco o rosado es una más amable versión del aperitivo, ya que si optamos por el clásico pisco sour u otro coctel dulce para partir corremos el riesgo de empalagar el paladar y desde el inicio ponerle peso al estomago –tanto en dulzor como en alcohol-, y como la noche va para largo, es mucho más recomendable partir con algo fresco y liviano que prepare nuestras papilas para lo que se viene.

Si vamos a partir con una entrada fresca como mariscos livianos o ensaladas podemos continuar con los espumantes o los vinos blancos. Si nos vamos a pasar a una preparación con masas o con salsas –pensemos unas empanaditas o un quiche- podríamos optar por un vino rosado de malbec o cabernet sauvignon o un frutal pinot noir. De esta manera continuamos con vinos frescos y relativamente livianos, pero ya nos vamos moviendo al ritmo de una cena que va adquiriendo mayor profundidad.

En estas fechas el plato de fondo normalmente es carne por lo que nos vamos derechito al vino tinto. Ahora,dependiendo de la carne y su preparación el tipo de vino que vamos a escoger. El clásico asado parrillero va estupendo con nuestro clásico cabernet sauvignon o si prefiere algo con más fruta la opción es un buen malbec. Si va con cerdo al horno con hierbas como el romero u otros condimentos, las notas especiadas del carmere quedan muy bien. En mi familia van por el tradicional pavo navideño
y en este caso buscaremos un merlot con notas a ciruelas o moras, lo que queda estupendo especialmente con los pavos rellenos de frutos secos. Ya se me hace agua la boca.

Para terminar, como siempre, depende del menú y de los gustos. Hay quienes prefieren los postres dulces con los vinos dulces. Por ejemplo, una torta de milhojas con un vino de cosecha ardía o late harvest tiene sentido ya que cualquier otro vino que le pongamos quedará eclipsado ante tanto dulzor. De todas maneras yo con las cosas dulces prefiero un vino más fresco o derechamente agua. Feliz de tomarme el late harvest de postre pero solito o con alguna galletita con un buen paté o un
intenso queso. ¡Delicioso!

Y un último dato para pasar una noche realmente buena es que intente dejar los destilados fuera por hoy, ya que su alto nivel de alcohol puede producir malos efectos tanto en su estomago como en su cabeza. Lo mejor es partir con vino y terminar con vino, y entre copa y copa, tomarse un buen vaso de agua para mantener la hidratación y el buen humor. Si finalmente esto se trata de disfrutar, y para disfrutar hay que estar consciente del momento que se nos ofrece. ¡Salud!

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