Plan de Invierno, ¿una iniciativa suficiente?

En medio de las bajas temperaturas que ha enfrentado el país durante los últimos días es que el Ministerio de Desarrollo Social puso en marcha su Plan de Invierno 2018, iniciativa que pone en funcionamiento diversos albergues para quienes viven en situación de calle a lo largo del país, pero que, sin embargo, está lejos de solucionar problemas.

En medio de las bajas temperaturas que ha enfrentado el país durante los últimos días es que el Ministerio de Desarrollo Social puso en marcha su Plan de Invierno 2018, iniciativa que pone en funcionamiento diversos albergues para quienes viven en situación de calle a lo largo del país, pero que, sin embargo, está lejos de solucionar problemas.

A lo largo del país, y durante todo el año, funcionan de forma permanente distintos centros que brindan apoyo a quienes viven en situación de calle. Los cupos cubren un total de 1.210 personas, pero en el período de invierno, con la puesta en marcha de este plan, se implementan centros de superación con los que los cupos aumentarán este año a cerca de 4 mil

En paralelo a estos se iniciarán rutas de calle, las que consisten en visitas de voluntarios a personas que deciden alojar fuera de los albergues, ya sea por decisión propia o falta de cupos en los centros. En estas visitas los voluntarios ofrecen comida, café y compañía a las personas visitadas.

Si bien durante este año se han aumentado los cupos en comparación a años anteriores, la oferta sigue estando lejos de cubrir la demanda, pues se estima que en Chile hay cerca de 20 mil personas en situación de calle.

Fundación Nuestra Casa es una organización que trabaja con personas en situación de calle, y aunque este año no participan del Plan de Invierno, si lo hicieron anteriormente. Isabel Lacalle, directora ejecutiva de la fundación, señaló que en este programa el objetivo principal es preservar la vida de las personas, algo que se está cumpliendo. Sin embargo, también añadió que al ser “dispositivos que no son permanentes son solo una temporada, hacen que no haya procesos de continuidad, que no haya trabajos de intervención, si no que sea más que nada un trabajo asistencial”.

Además, Isabel destacó que, aunque sigue habiendo aspectos que mejorar, ya se ha trabajado bastante en ofrecer buenas condiciones a los albergados, como por ejemplo la presencia de paramédicos para ofrecer ayuda médica, o la existencia de una Central de Coordinación que permite informar de un lugar a otro la cantidad de cupos existentes, y así poder derivar a las personas cuando ya no queda espacio.

Por otro lado, la directora indicó que es necesario no solo aumentar los cupos, sino que también extender el horario de los albergues, pues por ahora, solo funcionan de 18 horas a 9 de la mañana, por lo que, durante el día, sin importar las condiciones climáticas, las personas deben volver a la calle.

Según la directora de Fundación Nuestra Casa, el 25 por ciento de quienes son atendidos y viven en la calle son migrantes, por lo que este grupo también ha pasado a ser parte de los diversos programas que se llevan a cabo para estas personas.

Rodolfo Noriega, presidente de la Coordinadora Nacional de Migrantes, afirmó que es necesario que se mejoren las medidas aplicadas por el estado en torno al tema. “Lo que hay es una política para atender situaciones de suma urgencia cuando llegan períodos como el invierno, no hay una política pública de atender socialmente las necesidades de la población cuando hay una situación de mayor vulnerabilidad”, señaló.

Además, el representante de la organización migrante indicó que es necesario que se focalicen las medidas en prevenir estas situaciones y no en atenderlas cuando las personas ya están en la calle, e hizo un llamado a que desde los municipios establezcan programas de ayuda a los migrantes, pues en muchas ocasiones el constante hacinamiento o los desalojos los obligan a vivir en la calle no solo en época de invierno.

En la Fundación Gente de la calle, también realizan un trabajo con quienes se encuentra en esta situación, y su director ejecutivo, Francisco Javier Román, asegura que, aunque el plan ofrecido por el estado es valorable, está lejos de ser resolver el problema.

Además, el director afirmó que el aumento de la población migrante en situación de calle se debe a que no existe una buena ley de migración, pues al no poder regularizar su situación se someten a malas condiciones de trabajo y los pocos recursos obtenidos los obligan a llegar a la calle.

Desde la fundación además son críticos en que es necesario crear políticas de estado que se enfoquen en ayudar a las personas que viven en situación de calle, pues, aunque recibir albergue y comida mejora en parte la calidad de vida de estar personas, solo es una “solución parche” al problema.

 

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