Desde las elecciones presidenciales que se ha instalado un relato sobre el desplome de la economía en los medios de comunicación que ha vuelto a tomar fuerza con la salida del borrador de la nueva constitución, difundido principalmente por los medios de comunicación tradicionales, que dan tribuna a representantes de sectores conservadores que desean desesperadamente mantener sus cuotas de poder, a través de opiniones sesgadas, tendenciosas o abiertamente mal intencionadas pregonadas como certezas inequívocas del comportamiento de la economía.
Sin embargo, el relato de que los grandes inversionistas nos han abandonado no tiene ningún fundamento; los inversionistas extranjeros pagan (y mucho) por contar con mucha más información, objetiva y fehaciente, para la toma de decisiones, que cualquier medio de comunicación o partido político. Esto porque en Chile la economía funciona bajo el modelo de “expectativas adaptativas”, lo que significa que a diferencia de otros gobiernos, que imponen el tipo de cambio por ley, controlan la emisión de dinero para manejar la inflación o fijan los precios en los mercados, en Chile sólo damos señales a través de algunos pocos instrumentos o instituciones y luego permitimos que los actores del mercado adopten las medidas para adaptarse a lo que vendrá, por ejemplo, el banco central de Chile es autónomo y tiene como misión principal controlar la inflación, pero para eso no fija los precios en los mercados ni maneja la impresión de dinero, sino que sólo define la tasa de interés con que le prestará fondos a otros bancos, luego, con esa información los bancos definen cuál será la tasa de interés que cobrarán por créditos de consumo, hipotecarios o la tasa que pagarán por depósitos a plazo o cuentas de ahorro, así las personas e inversionistas verán si les conviene ahorrar, invertir o gastar esos fondos y con eso se logra manejar la inflación en el país.
Por lo anterior, las agencias de riesgo y bancos internacionales reaccionan con mesura ante el nuevo escenario en Chile, por ejemplo, la agencia de riesgo internacional Fitch, mantiene su evaluación de riesgo país en (A-) y señala que en el texto emanado de la Convención Constitucional se omitieron las ideas más radicales, aunque algunas incertidumbres podrían traer implicancias fiscales significativas, dependiendo de su implementación como, por ejemplo, que las protecciones ambientales podrían aumentar los costos o riesgos legales para la minería y reducir la inversión. Sin embargo, también señala que “rechazar el texto extendería las incertidumbres para la economía y la gobernabilidad”, destrozando así el canal institucional que permitió abordar las tensiones sociales y que ha permitido una salida a la crisis, afectando la evaluación de riesgo del país a nivel global.
Otro medio de análisis financiero internacional como Bloomberg, también destacó el borrador de la nueva constitución señalando que “la Convención de Chile logra un proyecto de constitución razonable tras meses caóticos”, en la nota, varios expertos concuerdan en que el texto aplacaría las demandas por derechos sociales sin destrozar la economía, consagrando una serie de nuevos derechos sociales, que incluirá mayor protección ambiental, cerrando con que “La Nueva Constitución es mucho más orientada a los ciudadanos, participativa, con un papel más fuerte para el Estado, sin cambiar realmente los parámetros de una economía de mercado de ninguna manera”.
Los indicadores de la economía nacional no se comportan según lo que, quienes llaman a rechazar la nueva constitución, señalan en sus columnas de cada domingo en importantes diarios; para corroborarlo basta con revisar el índice de precio de las acciones que más se transan en Chile, IPSA, que, no solamente no se desplomo, si no que, logró su mayor nivel desde abril de 2019, subiendo 10,3% al 26 de mayo, según La Tercera, donde la bolsa de Santiago es la 2da bolsa que más ha subido a nivel mundial, tanto por factores internacionales, como por la reacción ante el borrador de nueva constitución, lo que arrastró al dólar a la baja casi 30 pesos este año. Hasta el Bank of America destaca que se evitó el peor escenario pues el texto es mejor de lo esperado hace tres meses.
A diferencia de los grandes empresarios locales, que llaman a rechazar para mantener los privilegios y distorsiones que han permitido la gran concentración de poder y el surgimiento de colusiones en productos básicos, como el papel higiénico, el pollo o las farmacias, la inversión extranjera ve con tranquilidad este cambio, hacia una economía más responsable con el medio ambiente y más consciente de la necesidad de un trabajo digno, principalmente porque esta información ya fue incorporada a sus expectativas adaptativas del mercado y no sobre están reaccionando con fines políticos.
En ese sentido, la señal que reciben los mercados con el nuevo gobierno y el borrador de la nueva constitución es que se deben realizar cambios profundos, de manera gradual y ordenada, para proteger a la naturaleza y tratar con dignidad a las personas porque, simplemente, es el piso mínimo para dar la estabilidad social necesaria para buscar el desarrollo.