Siendo el primer candidato por los pueblos originarios que aparecerá el primer día de la franja televisiva que comenzará a partir el próximo 7 de abril, el presidente de la Plataforma Política Mapuche, Alihuen Antileo, planteó que en sus escasos siete segundos en pantalla su puesta en escena tendrá una combinación “de elementos rurales, pero también dirigidos a ese millón de personas que está en las ciudades y que tiene una aproximación más lejana respecto de la identidad cultural indígena”.
Según el dirigente esta decisión se debe porque “el 80% de la población indígena vive en las ciudades” y que, por tanto, podremos esperar “elementos de la cotidianidad de los indígenas yendo a trabajar, en sus oficinas, en la micro, en el metro, atendiendo un almacén, haciendo deportes, en fin, para el común del indígena que muchas veces se mezcla o vive o convive en la gran ciudad junto a personas que no son indígenas. Esa es la realidad mayoritaria de Arica a Punta Arenas”.
“Estamos hablando de 260 mil personas que tiene una identidad indígena más reforzada, pero el resto, la mayoría, o sea, un millón por lo menos más de personas es del tipo que muchas veces no se identifica como indígena. Por lo tanto, las primeras imágenes, el mensaje comunicacional es que se identifique, que sienta orgullo de ser indígena, de ser moreno, la ‘morenidad’ como algo bello a destacar”, expresó.
En conversación con Radio Universidad de Chile, Antileo si bien reconoció barreras para la entrada de los pueblos originarios en el nuevo proceso constituyente, mantiene las esperanzas de alcanzar uno de los 50 escaños del futuro Consejo Constitucional. “Estamos haciendo todos los esfuerzos para que los indígenas utilicen la papeleta verde para poder contar con esos 190 mil votos. Esa exigencia sólo se ha hecho para los pueblos indígenas, los demás candidatos a consejeros no indígenas no tienen esa restricción”, dijo.
Asimismo, comentó que, de ser electo, su trabajo se centrará principalmente en cuatro ejes: reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas; la consagración de la interculturalidad como rasgo característico del Estado de Chile; la participación de los pueblos originarios en las instancias de toma de decisiones, tales como el Congreso; y, finalmente, en el catastro y restitución de tierras indígenas.
Sobre lo primero, el dirigente mapuche sostuvo que “pensamos que hoy día no hay piso político para la plurinacionalidad como fue en la primera Convención y, además, se estableció en los bordes constitucionales, por acuerdo de los partidos políticos con representación parlamentaria, que ese tema quedaba excluido. Entonces, ante esa situación planteamos un reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas”.
En cuanto a la interculturalidad, señaló la importancia de su consagración para “resguardar los derechos educativos y lingüísticos de los pueblos indígenas, la revitalización de la lengua, el rescate de ella y la cultura para que pueda ser enseñado en las escuelas públicas del país, donde haya al menos una fuerte presencia indígena”.
Respecto de la representación parlamentaria, apuntó que a través de este mecanismo “podríamos incidir en temas tan relevantes como es la discusión del presupuesto de la nación, que se discute como atribución exclusiva del Congreso en el mes de octubre de cada año. Nosotros representamos el 13% de la población, por lo tanto, en el Parlamento ese porcentaje debería traducirse en 21 representantes indígenas, (pero) en este momento y con la actual Constitución tenemos solamente dos”, en referencia a las diputadas Emilia Nuyado (PS) y Éricka Ñanco (RD), ambas del pueblo mapuche.
“Por lo tanto, las posibilidades de que estas dos personas indígenas puedan incidir en el presupuesto nacional y destinar más recursos para atender las necesidades indígenas son prácticamente nulas, es por eso que mantenemos un estancamiento de décadas en esta materia. Ahora, para qué esos recursos: para atender necesidades de salud, de educación, de vivienda, de trabajo, de conectividad rural, de acceso a agua potable, en fin, satisfacer las necesidades básicas de nuestro pueblo, que son en los que tenemos los peores índices en cualquier medición de calidad de vida de todo el país”, detalló.
Mientras que el último elemento lo destacó como un “aspecto básico que tenemos que plantear en el Consejo Constitucional, porque constituye una de las demandas centrales del pueblo mapuche y de los indígenas en general”.
En cuanto al clima de desconfianza que hay en algunos sectores de la sociedad sobre el nuevo proceso constituyente y sus motivaciones para querer ser parte de éste, Alihuen Antileo manifestó que “como se trata de una subjetividad esto, es una percepción que ha ido variando. Hace un mes y medio o dos había mucho pesimismo, sobre todo después de los resultados del plebiscito de septiembre y eso es normal, no hay por qué ocultar eso. Lo que sí es que hay que entender una cosa, que es que cómo quieren los poderosos de siempre vernos a nosotros, a los pueblos indígenas y en general a la mayoría, nos quieren ver derrotados, nos quieren ver dispersos, desunidos y peleando entre nosotros. Ese es el mejor escenario para ellos”.
“Nosotros inmediatamente sacamos la lección, a una semana del plebiscito del 4 de septiembre, dijimos ‘no, hay que remontar rápidamente esta subjetividad, hay que reconocer que se cometieron errores y, por lo tanto, recomponer nuestra moral de lucha y eso es lo que hemos estado haciendo. Así que al principio había un desánimo generalizado importante, pero hoy día tenemos síntomas de entender que lo peor sería no hacer nada, no participar en nada. Por lo tanto, se han ido sumando voluntades en el sentido de decir ‘bien, a lo menos convocaremos a nuestras asociaciones y comunidades a votar’, algunos dicen tal vez no hacer campaña, pero sí difundir que hay dos candidatos (mapuche)”, mencionó el dirigente.
Por lo mismo, recalcó que, sobre la posibilidad de avanzar en el nuevo proceso constituyentes en las históricas demandas de este segmento de la población, “si es que llegamos al Consejo Constitucional y se plasman cuatro o cinco, seis o siete artículos relativos a pueblos indígenas ya eso es una ganancia respecto de otros sectores del país. Ya sería algo, porque nunca hemos tenido nada.
“Lo que allí quede establecido posteriormente se puede mejorar, profundizar, extender mediante reformas constitucionales o derechamente mediante ley, pero esta vez ya consagradas constitucionalmente, por lo que se facilita tanto la discusión como implementación de estos derechos colectivos que allí debieran consagrarse”, sentenció.