Una mirada a la confrontación de China y Estados Unidos y su impacto en América Latina, el papel de los gobiernos progresistas en la región y el control medios de comunicación, entre otros, fueron parte del análisis del Foro Latinoamérica hoy, transmitido por Radio Universidad de Chile, que tuvo como protagonistas a dos importantes intelectuales del continente: el escritor y sociólogo peruano Héctor Béjar y el sociólogo y politólogo argentino, Atilio Borón.
El espacio, organizado por Radio Universidad de Chile, el Centro de Estudios Francisco Bilbao y el Centro de Formación Memoria y Futuro, estuvo conducido por la académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Paula Vidal y el director de la emisora, Patricio López, quienes los temas vinculados a la situación política y social de América Latina en el marco del enfrentamiento de las principales potencias mundiales.
A partir de las relaciones de poder entre China y EE.UU., Béjar inició su análisis con dos premisas surgidas por el hecho que el escenario mundial cambió. “Ya no estamos en la globalización. Algunos dicen que estamos en la desglobalización en la medida que algunos países han descubierto o redescubierto el nacionalismo. Me refiero a los países ricos, empezando por los señores ingleses que ya se fueron de Europa con el Brexit y se desengancharon de Europa y pretenden acompañar como vagón de segunda clase al tren norteamericano”, precisó.
Por otro lado, estimó que “la Unión Europea dejó de ser Unión Europea, en la medida que ya no existe el proyecto europeo y la coalición franco-alemana está por supuesto, sufriendo los embates de lo que está pasando en el Este” con la guerra en Ucrania.
Uno de los aspectos del debate, fue la visión del intelectual Emir Sader que plantea que en las últimas décadas, EEUU ha perdido influencia en América Latina.
Al respecto, Atilo Borón señaló que “estamos en un movimiento de las placas tectónicas del sistema internacional y eso se hace evidente en Ucrania, en el corazón de Europa, aparece como una amenaza muy fuerte en Taiwán y esto responde no a impulsos momentáneos, sino que es parte de una estrategia diseñada por Estados Unidos desde hace mucho tiempo”.
El politólogo recordó además que “hay documentos que se han filtrado hace cuatro días donde se habla cómo el Pentágono y el Departamento de Estado adoptaron una línea dura en relación a las negociaciones de Kiev que podrían haber evitado esta guerra. Estamos hablando del año 2008 y donde las instrucciones eran estiren las negociaciones, tenemos que ganar tiempo, tenemos que permitir que Ucrania se rearme para enfrentar el peligroso ruso“.
Para Borón, “evidentemente esa guerra estuvo preparada desde hace mucho tiempo, pero para nosotros esta situación internacional abre un espacio de oportunidad que es indudable. El hecho que China aparezca con esa fuerza en el tablero abre una cierta posibilidad para los países de América Latina, por lo menos, de diversificar sus inversiones y su comercio internacional”.
Sin embargo, Borón expresó sus diferencias con Sader en el sentido que “Estados Unidos ha renovado su interés y su vocación de control firmemente de América Latina y eso lo han dicho el presidente (Joe) Biden, pero sobre todo Laura Richardson, la jefa del Comando Sur, que periódicamente está visitando a los países de la región preocupada por lo que ella llama ‘nuestras riquezas’. Y cuando habla de eso habla del oro del Perú, del cobre y del litio de Chile, del petróleo de Venezuela y eso es un problema para los gobiernos de la región”.
Brasil en el mundo
En este escenario, el rol de Brasil en América Latina y su posicionamiento en el escenario mundial también fueron analizados, considerando que hoy está con un gobierno progresista. También fue analizado por los intelectuales.
Al respecto, Borón afirmó que el gigante latinoamericano tiene condiciones para aspirar a un protagonismo internacional y a escala regional. Sin embargo, lo que pueda hacer Brasil en el ámbito más global, está vinculado al activismo que puedan tener los BRICS, la alianza Brasil, Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica.
“Si asumen un nuevo protagonismo, Brasil puede tener una influencia muy grande, pero tiene un problema muy serio que resolver. Primero, desandar el camino andado por Bolsonaro, donde se ha privatizado buena parte de PETROBRAS, privatizado por completo EMBRAER, hay una base militar en Alcántara que fue cedida a EEUU y todo eso plantea límites objetivos en cuanto podría avanzar”, indicó Borón.
Indicó que a esto se suma la enorme heterogeneidad de la alianza de gobierno que incluye desde sectores más de izquierda hasta personajes como el vicepresidente Geraldo Alckmin que fue el arquitecto institucional del impeachment en contra de Dilma Russeff. Y por ello, “la incoherencia de la coalición gobernante va a desempeñar un papel muy importante en la efectividad que puedan tener estas aspiraciones brasileñas de jugar un rol independiente en el terreno internacional”.
En esa línea, Béjar acotó que la segunda ola progresista en América Latina llega atada con alianzas mucho más fuertes, pero la realidad global destaca nuevos países emergentes como Turquía, India y algunas naciones árabes que ya no están en condición de jugar el papel que les ordenan desde los EEUU.
Gobiernos progresistas
Consultados por lo que se espera de los gobiernos progresistas, Borón comentó que se debe apuntar a disminuir la brutal concentración de la riqueza que se vive en las naciones latinoamericanas, además de apuntar a un sistema tributario que vaya a buscar recursos en las capas más ricas de la población.
A eso sumó elementos como impulsar una política exterior independiente de los dictados de la Casa Blanca, así como el fortalecimiento de sectores clave de la sociedad como son la educación, la salud y la seguridad social.
En todo caso, indicó que los gobiernos se enfrentan a grandes obstáculos porque “la derecha latinoamericana, creo que es mucho más fuerte que la que hay en otros continentes por la relación que este continente tiene con Estados Unidos”. Pero además, en el ánimo de estas administraciones no está “recurrir o tratar de suscitar una intensa movilización popular que es lo único que le va a permitir llegar. No al gobierno porque ya llegaron, pero están muy lejos del poder”.
Agregó que se ve que la distribución de la riqueza no se ha tocado y “estamos perdiendo la batalla comunicacional de una manera escandalosa controlada por Estados Unidos y sus epígonos latinoamericanos. Y para colmo el avance fenomenal del lawfare, es decir, la judicialización de las políticas que le da la a derecha armas fenomenales para chantajear, extorsionar y amenazar a los gobiernos con mandarlos a la cárcel”.
Sobre este punto, Béjar afirmó que el llamado progresismo ha tenido que ganarse su lugar desde una situación que no era aceptado, donde las oligarquías han partido desde la no aceptación de cualquier opinión discrepante.
“Ha pasado por aniquilamiento y las izquierdas latinoamericanas son sobrevivientes de varios episodios terribles de exterminio. Ésa es una realidad de América Latina y viendo la parte llena del vaso, existimos. Y decir que existes, ya es importante y lo digo de un país donde los indios no existían. El hecho que en Perú conozca que los llamados indios existen, es un enorme paso histórico y eso ha pasado con la izquierda latinoamericana”, comentó.
Dictadura mediática
En el debate, también se abordó el avance populista de derecha, el desencanto de la ciudadanía en la mayoría de los países de la democracia y el nivel de conciencia social que, en el caso de Chile, se expresa en la agenda de seguridad, el ataque hacia la población migrante y el factor de los medios de comunicación en el control de la opinión pública.
Para Béjar, el control de los medios de tradicionales está en retirada. Argumentó que ese poder mediático va a durar hasta cuando gente le crea y “cada vez es más la gente que no les cree, los canales o los diarios dicen lo mismo y los periódicos se ponen amarillos en los quioscos porque la gente no los compra”.
Por eso, subrayó que “ese poder está en declive, la gente ya no les cree ¿Qué es lo que cree entonces? Se hace su propia leyenda de las cosas o no se hace ninguna, porque tenemos un gran sector de la sociedad que es autómata, que no vota en los países donde el voto es voluntario y que se desengancha de todo”. Y frente a esta realidad, la izquierda no tiene ninguna propuesta.
Sobre este punto, Atilio Borón afirmó que “los nuevos medios que han surgido no son más benignos que los tradicionales. Es decir, hoy a través de los algoritmos se puede ejercer una dictadura comunicacional mucho más incontrolable que la que hoy tenemos con la prensa tradicional y es un problema muy serio. Además pensemos lo siguiente: hay cinco conglomerados mediáticos que dominan el 85% de la audiencia mundial, mucha gente ya no le cree, pero tampoco creen lo nuestro y ahí está el problema”.
Borón agregó que “los nuevos medios que están surgiendo en las redes sociales no son neutros, tienen dueños y tienen limitaciones también ellos y hay que ver hasta qué sector llegan, porque a veces se exagera demasiado. Pero en todo caso, el contenido es el mismo y la retirada de la escena política es muy preocupante y real. La gente engañada ya no quiere votar”.
El analista argentino, también cuestionó la supuesta existencia de una derecha democrática en los países del continente y que por lo tanto, en el contexto de una llamada transición, con el diálogo sería posible llegar a las democracias, aunque igual después de 40 años “somos hoy sociedades más injustas que antes”.
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