A dos días de las votaciones para elegir los integrantes que conformarán el Consejo Constitucional, órgano que estará encargado de la redacción de la nueva Constitución, en conversación con EFE la presidenta de la Comisión de Expertos que redacta el anteproyecto de la que se espera sea la siguiente Carta Magna en Chile, Verónica Undurraga, aclaró que la severa crisis de inseguridad que afronta del país no será disuelta con la nueva ley fundamental.
De acuerdo a la doctora en Derecho por la Universidad de Chile y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, nombrada a principios de marzo para conducir el espacio integrado por 24 personas -17 de ellos juristas-, “no le hace bien al país mezclar las discusiones de contingencia con las discusiones a más largo plazo”.
Las campañas difundidas por las fuerzas políticas que aspiran ser representadas en los escaños del Consejo Constitucional, órgano que será conformado por 50 representantes de la ciudadanía, adoptaron un discurso que más que referirse a los aspectos pertinentes al proceso, explotaron elementos de la contingencia nacional.
“La Constitución es lo más lejano que hay a una agenda corta”, precisó Undurraga a EFE, para quien resulta “comprensible” la presencia de temas más “inmediatos” durante las campañas para dar a conocer a sus candidatos.
No obstante, enfatizó que es “importante hacer un poco de pedagogía constitucional y no subestimar la inteligencia de las personas; mostrar que una Constitución es el marco que tiene que establecer muy claramente cuál es la cancha en la que las autoridades y los organismos del Estado pueden moverse”.
“Aquí hay un compromiso -porque está en las bases de este proceso- de establecer un Estado social y democrático de derechos en el que la provisión de bienes sociales sea mixta, tanto entregada por el Estado como por (agentes) privados”, explicó Undurraga.
“Uno de los desafíos para esta nueva Constitución es realmente recoger las demandas de la población en términos de un robustecimiento de los derechos sociales, con una bajada hacia las políticas públicas”, agregó y respecto a lo anterior destacó que aquello no está expresado en la Constitución actual “y se espera que la nueva sea distinta en ese sentido”.
El poco entusiasmo y desinterés de la ciudadania frente al actual proceso ha sido evidente, a pesar de que al igual que en la contienda por los convencionales, este domingo se define quienes serán las y los redactores del marco legal con el cual Chile pretende vivir, al menos, los próximos 50 años.
Cabe recordar, que la propuesta anterior emanada de la Convención Constitucional, proceso que tuvo mayor visibilidad tanto por parte del Gobierno como de los medios de comunicación, fue rechazada ampliamente por el 60% de los votos.
“No es deseable, pero sí explicable que haya cierto repliegue de la población. Llevamos demasiados años hablando de una nueva Constitución, ha habido mucha energía desplegada en procesos anteriores, también decepción porque no pudieron salir adelante”, afirmó la abogada.
“Este proceso parece no entusiasmar a la población y por eso hay preocupación, pero en vez de mirarlo como un instancia separada, quizás podemos hacerlo con un poquito más de perspectiva y darnos cuenta que se están recogiendo llamados que había hecho la ciudadanía”, añadió.
En la misma línea, esta abogada relevó el papel “central” del Consejo Constitucional que está por elegirse, entendiendo que la necesidad de una nueva ley fundamental persiste y que hay temas que ya están claros.
“Está claro que se quiere un Estado social y democrático de derecho. Una democracia que funcione bien es una democracia en la que las mujeres participen de forma equilibrada con los hombres en los espacios de poder, en la que hay que mejorar el sistema político. Son ideas que se han ido asentando. Ha sido (un proceso) lento y un poco escabroso”, manifestó.