Desinformación, desinterés y desconfianza: las claves tras el mayor porcentaje de votos nulos desde 1997

De acuerdo a distintos expertos consultados por nuestro medio, el 17% de votos nulos no sería necesariamente atribuible a los llamados a boicotear el proceso electoral, apuntando a que la razón es multifactorial.

De acuerdo a distintos expertos consultados por nuestro medio, el 17% de votos nulos no sería necesariamente atribuible a los llamados a boicotear el proceso electoral, apuntando a que la razón es multifactorial.

La jornada electoral del domingo 7 de mayo terminó con un resultado esperado en cuanto a la fuerza política más votada, puesto que se anticipó que el Partido Republicano podría ser la primera mayoría. Sin embargo, ciertas cifras son dignas de reflexión, una de ellas es el alto porcentaje de votos nulos que se llevaron el 17% (2.119.506) de los sufragios, así como los votos blancos que se adjudicaron el 4,6% (568.673).

Radio y Diario Universidad de Chile conversó con analistas políticos que ayudaron a dilucidar las causas de un fenómeno que no se repetía con esa magnitud desde las elecciones parlamentarias de 1997.

De acuerdo a Mario Herrera, director de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública en la Universidad de Talca, sostuvo que a pesar de los sectores políticos que convocaron a la ciudadanía a votar nulo, el resultado de esta preferencia no es atribuible a tal llamado.

“En el caso de la extrema derecha uno esperaría que ese llamado se materializara en las comunas de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, pero las tres comunas tuvieron un porcentaje de votos nulos y blancos muy por debajo del promedio nacional”, aclaró.

Asimismo, “si el mensaje de la extrema izquierda de anular hubiese tenido éxito, uno esperaría que los sectores populares o donde tradicionalmente le va bien a la izquierda, esos votos nulos hubieran sido particularmente altos”, pero estuvieron bajo promedio con una distribución relativamente baja.

El director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, concordó con Herrera respecto a que “nadie puede adjudicarse” tales votos y las razones de la alta cifra de sufragios nulos es multifactorial. “Los votos blancos normalmente son el resultado de la desinformación, y en el voto nulo también tiene ese componente porque en esta elección hubo poca (información). Poca gente sabía lo que se votaba”, señaló.

En ese sentido, tanto los mencionados analistas como el académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), Claudio Fuentes, opinan que el resultado puede deberse a las tres “D”: desinformación, desinterés y desconfianza. 

Además, el profesor titular de la UDP indicó que las más de 2 millones de personas que votaron nulo “pueden ser un anticipo de ciertos grupos que podrían movilizarse en torno al rechazo al nuevo texto constitucional”.

Para Marco Moreno, el desinterés y la desinformación son la principal causa de la relevante cifra que acumularon los votos nulos y blancos. “La desconfianza la plantearon quienes no creen en este proceso constituyente pero que son un grupo bien minoritario, la gente no hizo ese análisis tan racional”, dijo.

“La gente que voto nulo o blanco lo hizo por desinterés y desinformación. Desinterés porque estaban obligados pero no estaban interesados en lo que se resolviera. Y desinformación porque efectivamente sabemos que la campaña que hizo el Gobierno no fue suficiente”, agregó.

El director de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública en la Universidad de Talca, Mario Herrera, relevó el hecho de que en los últimos tres años la población ha tenido que enfrentarse a 18 elecciones, por lo que la ciudadanía ha empezado a demostrar su “fatiga electoral”. Además, destacó que esta cantidad de procesos han obligado a las fuerzas políticas a buscar nuevas figuras.

“Cuando circulan muchos nombres eso tiende a confundir a la gente y si la gente esta en un proceso en el que esta desinteresada, lo más normal que pueda pasar es que entre más nombres le entren, más asocia eso con algo negativo y su percepción negativa respecto a la política”, expuso.

Así, el analista planteó que lo anterior provoca que la población “entre en una especie de espiral de desinterés que después se transforma en un malestar general hacia la democracia, lo que lleva a no participar de los procesos electorales, o como en este caso en que estaban obligados, votan nulo o blanco”.





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