Como una noticia “que rompe las confianzas en las policías y en el sistema”. Así calificó el abogado y exfiscal, Carlos Gajardo, la eventual formalización del director de la Policía de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz.
En el contexto del llamado “Caso Audios” y de las pericias realizadas al celular de Luis Hermosilla, el Ministerio Público encontró una serie de intercambios entre el abogado y el mandamás de la policía civil, en los que este último habría entregado información confidencial respecto a una investigación sobre malversación y lavado de activos.
Luego de que se diera a conocer la noticia de su formalización (que tendrá lugar este martes) y de que efectivos del OS-7 de Carabineros allanaran su oficina y domicilio particular, Sergio Muñoz renunció a su cargo de director nacional de la PDI la tarde del viernes.
Consultado sobre aquello, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el exfiscal Gajardo señaló que se trata de una “muy mala señal, porque uno espera que la máxima autoridad de la policía tenga una distancia completa con personas que pudieran obtener información de su cargo”.
Asimismo, el exfiscal planteó que la mantención en el cargo de Muñoz era inviable, “básicamente por tres niveles de confianza: el primero ante la ciudadanía, que ve cómo se confirma este prejuicio de que las personas con cierto nivel de poder pueden tener un mejor tratamiento y en este caso, derechamente obtener información indebida por parte de la máxima autoridad de la policía”.
Gajardo además apuntó a la “desconfianza institucional con el Ministerio Público”. “A partir de este descubrimiento, Fiscalía obviamente no podía seguir trabajando los casos importantes con la policía si quedaba esta sospecha de que el director de la PDI, en esos casos importante, podía infiltrar información a terceros”.
Por otra parte, el abogado mencionó la “desconfianza al interior de la institución” y “un daño para la moral de los detectives”. “Ellos están investigando casos muy complejos, muchos casos en que incluso peligra su vida y mientras están haciendo esta actividad, se dan cuenta que su autoridad máxima está dandole información a la contraparte. Eso, por supuesto, también generaba una imposibilidad de que el director continuara en su cargo”, aseveró.
En cuanto a la respuesta que se dio desde el Gobierno, Gajardo estimó que fue “equivocada”, ya que a su juicio “debió haber pedido la renuncia a primera hora, apenas se conocieron los antecedentes”.
“Haber esperado todo el día y que la renuncia solo se concretara en la noche yo creo que fue un desangramiento innecesario y además, la explicación que se da, respecto a que la renuncia se produce porque el propio director lo hace, dando entender que si no lo hubiera hecho hasta el día de hoy estaría sentado en su cargo, yo creo que es una mala señal (…) creo que la autoridad civil debió haberse manifestado y haber pedido la renuncia muy temprano en la mañana”, insistió.
En contraste, el exfiscal destacó el actuar del Ministerio Público e indicó, respecto a la posibilidad de que surjan nuevas aristas e implicados en el contexto del caso audios, que “hay que ser cautos y esperar lo que la Fiscalía vaya avanzando”.
“La señal que dio el Ministerio Público es que se trata de un caso importante, que se está investigando con profundidad. Fue una señal muy fuerte haber allanado el domicilio particular del director de la PDI a primera hora y además, haber pedido una audiencia de formalización. Por ello, a mí me parece que lo que tenemos que hacer es confiar en el trabajo que está haciendo la Fiscalía”, opinó.
Finalmente, Gajardo recordó que “se ha incautado el celular del director de la PDI y ahí también pueden haber otras situaciones que no sean correctas. Por lo tanto, ahora la Fiscalía tiene que avanzar en esto sin contemplaciones y si eso ocurre, por supuesto son señales que ayudan a recuperar la confianza ciudadana en el actuar de la justicia”, concluyó.