El politólogo y sociólogo argentino analizó la situación desatada luego del encarcelamiento de Lula da Silva, a quien sindicó como una víctima de las clases acomodadas brasileñas que se empeñaron contra “alguien que vino a poner las cosas fuera de su lugar; eso fueron los 36 millones de personas que pudieron comer cuatro veces al día, tener acceso a servicios básicos, mejor educación, salud y seguridad social”.
“Hay miles de lulas que caminarán por mí”, dijo el expresidente en el discurso dado luego de la misa homenaje a su fallecida esposa. El líder del PT llegó a la cárcel pasadas las 22 horas, luego de un día lleno de manifestaciones para impedir su encarcelamiento.
Pese a que su paso por la cárcel está sellado, el ex mandatario brasileño puede apelar a varios recursos para no cumplir la totalidad de los 12 años y un mes de su condena.
El analista y Doctor en Sociología por el Instituto de Estudos Sociais e Políticos de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, señala que la polarización del gigante sudamericano, luego del fallo que condena a 12 años de prisión a Lula, está alcanzando niveles preocupantes. Los altos mandos del Ejército y el Poder Judicial han ejercido presiones que, probablemente, derivarán en movilizaciones sociales a lo largo y ancho de todo el país. La institucionalidad brasileña pende de un hilo.
El ex presidente brasileño, Lula da Silva, ha sido condenado a nueve años de cárcel por un tribunal de primera instancia por su implicacia en la red de corrupción que operó en Petrobras,. La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones sobre la colosal trama corrupta destapada en el seno […]
El próximo lunes la suspendida mandataria llegará hasta el Senado para enfrentar la última fase de la acusación. En dicha oportunidad, deberá encarar a los 81 miembros del Congreso. Sin embargo, desde ya los especialistas señalan: “Cualquiera sea el caso, el escenario no es alentador”.
La presidenta hizo un dramático llamado a los parlamentarios para que no voten su destitución.
En una entrevista exclusiva concedida a la redacción brasileña de RFI, Dilma Rousseff, la suspendida presidenta de Brasil, denuncia nuevamente el proceso de “impeachment” y habla en detalle de los desafíos que representan las Olimpiadas para Brasil.
Minutos después de que la Comisión de impeachment decidiera seguir adelante con el proceso de destitución de Dilma Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva dio un discurso ante 60 mil personas en Rio de Janeiro, en el que reconoció la importancia de la votación del pleno del Congreso este domingo. A su juicio, “salir a las calles a defender el gobierno de Dilma es defender la honra de todas las mujeres brasileñas”.
Más de un millón de personas participaron de manifestaciones en apoyo al gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff. En São Paulo, el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva dio un discurso en el que defendió la democracia y afirmó que en Brasil no existe espacio para el odio.
El ministro del Tribunal Supremo Federal, Gilmar Mendes, suspendió este viernes la designación del ex Mandatario como ministro jefe de Gabinete de Dilma Rousseff, y determinó además que las investigaciones por corrupción en las que está involucrado, sigan en manos del juez Sergio Moro.
El juez Luciano Tertuliano da Silva de Sao Paulo aceptó una denuncia de un ciudadano brasileño contra Lula y resolvió suspender nuevamente el nombramiento del ex presidente Lula da Silva como ministro de la Presidencia.
La liberación de conversaciones telefónicas entre el ex Presidente Lula da Silva y la actual Presidenta Dilma Rousseff, sumada a la confirmación del nombramiento de Lula como ministro, encendió los ánimos en Brasil, donde miles de manifestantes salieron a las calles a exigir la renuncia de Dilma.
La investigación por el escándalo de corrupción al interior de la petrolera estatal Petrobras llegó hasta el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien aguarda la resolución de una orden de prisión preventiva emitida en su contra. Esta situación viene a empeorar el frágil escenario político brasileño, repercutiendo inevitablemente en la imagen de la Presidenta Dilma Rousseff.
Hay que recordar que, para sorpresa de muchos, en 2013 y a meses del Mundial de Fútbol, Brasil también fue testigo de masivas protestas, que entonces se produjeron contra la subida en el precio del transporte público, y pronto abarcaron a la calidad de la salud y educación públicas, entre otros ámbitos. Pero ahora las manifestaciones, si bien también tienen éstas y otras razones, culpan directamente al PT de todas ellas.
La justicia brasileña condenó al ex director del área internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, por los delitos de “corrupción pasiva y blanqueo de dinero”. En tanto, la Presidenta enfrenta una serie de movilizaciones en su contra, las que denuncia como operaciones golpistas.
La fiscalía brasileña sospecha una posible implicación del exmandatario brasileño en un caso de tráfico de influencias a favor de la empresa Oderbrecht. La justicia deberá determinar si los múltiples viajes que Lula realizó en el extranjero después de que terminara sus mandatos, sirvieron a la empresa Odebrecht para obtener contratos públicos.