En conversación con el periodista Claudio Medrano en la primera edición de Radioanálisis, el integrante de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile, Eduardo Cardoza, abordó la crisis migratoria agudizada en el norte del país donde las autoridades locales y la ciudadanía han denunciado una ola de delincuencia de una parte de la población que ha hecho ingreso por la frontera. Un conflicto que Cardoza atribuyó a la falta de control por parte de la autoridad central y fundamentalmente a la criminalización que el actual gobierno ha instalado hacia este grupo social.
Si bien Cardoza condenó el presunto homicidio Byron Castillo (25), que devino en la paralización del gremio transportista y por el cual Juzgado de Garantía de Antofagasta decretó prisión preventiva a tres individuos venezolanos, señaló que el escenario en su totalidad es producto de cuatro años de inacción por parte del Ejecutivo, que mantuvo la irregularidad de la población migrante y en consecuencia, su incapacidad de desplazarse, generando la reacción de la ciudadanía frente a la coyuntura.
“Dado que no había ningún control ni con el tema migratorio por un lado ni con el tema delincuencial que evidentemente incrementó, la población reaccionó frente a eso y reaccionó conforme a estímulos que se venían dando desde el 2018 en tratar de instaurar una relación entre delincuencia y migración. Una relación que no existe en los hechos ya que toda la evidencia y todas las investigaciones que se han hecho tanto en Chile como en el exterior, tienden a demostrar que no es así”.
En eso han jugado un rol los sectores conservadores, la ultra derecha y los antimigrantes, aseveró Cardoza, propiciando discurso xenófobos y racistas justamente en el norte, “donde hay una diversidad cultural que es histórica”, reparó. Por otro lado, acentúo el hecho de que la preocupación en torno a la delincuencia no es exclusiva a la población chilena sino que también precariza las vidas de la población migrante.
“No olvidemos que quienes trafican personas y las dejan apostadas en la mitad del desierto son también delincuentes que están en ese contexto entonces es una situación que nos afecta a todos“, mencionó.
En ese sentido el dirigente del Movimiento de Acción Migrante criticó que tras el rezago del gobierno se hayan impulsado, durante el último período, medidas represivas tales como las que contempla el reciente reglamento de la Ley de Migraciones, con el que se inicia el polémico proceso de reconducción.
“Eso se llama expulsión en caliente a lo largo del mundo y que ha sido condenado por diferentes instancias y organismos internacionales porque no permite un debido proceso con respecto a las personas a las cuales se le aplica esto, y entonces tanto en el reglamento, el reglamento que incluso internó sobrepasar, y por eso fue ingresado y retirado dos veces de la Contraloría, intenta sobrepasar desde el punto de vista de las atribuciones que el da a la autoridad controladora, es decir al que está en la frontera para sobrepasar incluso lo que la propia ley que ya es bastante restrictiva, establece y se generan situaciones en donde se exacerba un aspecto punitivo con respecto al fenómeno migratorio y no se habla en ninguna medida de políticas de otro tipo”.
Si bien Cardoza dijo compartir varias de las apreciaciones de las autoridades locales respecto a la crisis, aseguró que el despliegue de los militares en la zona con la aplicación del estado de excepción, no soluciona nada, sino que más bien “es sólo un discurso para la población pero no para el problema real”. En esa línea sostuvo que en este gobierno “se ha construido durante estos cuatro años un discurso en donde se toma a la migración como si fuese una peste”.
“En lugar de entender el fenómeno y abordarlo en toda su dimensión, se le aborda desde la frontera y eso está condenado al fracaso porque por más de que eso le pueda mostrar a las personas que el gobierno está haciendo algo, lo que necesitan las personas y lo que necesita la sociedad en su conjunto son soluciones que sean verdaderamente reales y en el tema migratorio las soluciones reales tienen que ver con políticas que sean globales, que tengan en cuenta el flujo, que tengan en cuenta las relaciones internacionales, que tengan en cuenta también la situación de las personas que vienen, la información de las personas que vienen mucho antes de que lleguen a la frontera”.
Adicionalmente y “contra el sentido común”, sostuvo el integrante de la red nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes, la solución también está en clave de la libre movilidad. Esto considerando que “en la medida de que en Chile se les irregularice a estas personas, si no encuentran trabajo acá, les será muy difícil desplazarse hacia otros lugares”.
“Los países no se llenan de gente. Las personas que vienen son trabajadores y si no encuentran trabajo acá se van a desplazar, y en la medida que nosotros lo único que hacemos es maltratar a las personas en la frontera y generar, como hemos visto en los discursos oficiales muchas veces, que cuando se tiene un enfoque de derechos humanos se habla de buenismo y se dice que eso es un incentivo al incremento de la llegada de personas, se ignora que en lugar de eso contribuye a establecer políticas internas que favorezcan la movilidad”.
Por este motivo pretender frenar la migración militarizando la frontera o realizando las “expulsiones en caliente”, es finalmente engañar a la ciudadanía y de eso “se están dando cuenta las propias municipalidades que están en la zona”, comentó Cardoza. Asimismo estas disposiciones evidencian un enfoque de la autoridad central que “implícitamente considera de que es imposible llevar una política migratoria respetando los derechos humanos“.
“Por eso es que cuando diferentes organismos frente a la Ley Migratoria han expresado críticas en el sentido de mejorar el enfoque de derechos, siempre el gobierno ha sentido que se le estaban poniendo obstáculos en el camino y digamos la verdad, es muy posible y muy beneficioso además para el país hacer una política migratoria que además de cumplir con los derechos humanos, sea muy adecuada a la realidad del país, porque incluso con las condiciones precarias, con las malas políticas, la migración está aportando al país muchísimo (…) Y hay que pensar que con una buena política migratoria, la migración aportaría mucho más”, señaló.